El internet se está inundando de contenido generado por inteligencia artificial – videos extraños, imágenes interminables – a menudo producido y publicado a una velocidad asombrosa. Esta afluencia es tan masiva que está eclipsando el contenido tradicional como artículos y remodelando fundamentalmente industrias como el SEO y la publicidad. Este contenido, sin embargo, no está dirigido principalmente a espectadores humanos, sino a manipular los propios algoritmos que gobiernan internet y dan forma a nuestra comprensión de la realidad, de manera muy similar a un ataque cibernético de fuerza bruta.
La magnitud del alcance del contenido generado por IA es asombrosa. Considere el ejemplo de un solo video generado por IA, que representa una criatura extraña transformándose dentro de un centro comercial, el cual ha acumulado la asombrosa cifra de 362 millones de visualizaciones. Esta única pieza de contenido ha logrado una audiencia que supera con creces la lectura acumulada de una publicación como 404 Media en todos sus artículos, multiplicada muchas veces. Esto resalta el inmenso potencial viral y el favor algorítmico que este tipo de contenido disfruta actualmente.
Este fenómeno se refleja en la experiencia personal del autor con su algoritmo de Instagram Reels, que ahora está dominado por videos similares generados por IA. Estos videos, que a menudo presentan imágenes surrealistas o sin sentido, probablemente se producen con una velocidad notable, posiblemente en cuestión de segundos o minutos. La facilidad de creación facilita un alto volumen de producción, con muchas cuentas publicando varias veces al día. Esta proliferación se extiende a través de las plataformas de redes sociales, con miles de cuentas que contribuyen a esta vasta corriente de contenido generado por IA.
El impacto de la IA generativa se extiende más allá de las fuentes de redes sociales y llega a las industrias digitales establecidas. Porciones significativas de la industria SEO (Optimización de Motores de Búsqueda) han cambiado su enfoque por completo para aprovechar el contenido generado por IA. De manera similar, elementos de la industria de la publicidad en Internet están incorporando estas herramientas en sus estrategias. Esto indica una adopción generalizada de la IA generativa como un medio para abrumar y manipular los sistemas en línea, una estrategia que está demostrando ser notablemente efectiva.
Este despliegue estratégico de contenido generado por IA puede entenderse a través de la lente de un ataque de fuerza bruta, un concepto fundamental en ciberseguridad. Un ataque de fuerza bruta implica un enfoque implacable de prueba y error para obtener acceso a un sistema, como adivinar una contraseña intentando sistemáticamente cada combinación posible. Si bien no es el método más eficiente, su efectividad radica en su persistencia y capacidad para eventualmente descubrir vulnerabilidades o credenciales correctas.
Al igual que un ataque de fuerza bruta, la proliferación de “basura” y spam generados por IA en Internet opera abrumando al objetivo, en este caso, los algoritmos que rigen la visibilidad en línea y la difusión de información. Estos algoritmos, que dan forma a cómo una parte significativa del público percibe e interpreta la realidad, están siendo bombardeados con un gran volumen de contenido. La distinción clave es que la “audiencia” principal de este contenido generado por IA no son los seres humanos, sino los propios algoritmos, que están siendo explotados para el alcance y la visibilidad.
La IA generativa inunda internet con contenido de baja calidad, simulando un ataque de fuerza bruta a los algoritmos y potencialmente distorsionando nuestra percepción de la realidad. Esta creación incesante de contenido, impulsada por el SEO y la publicidad, prioriza la visibilidad algorítmica sobre la interacción humana genuina. Es crucial examinar críticamente cómo la IA está remodelando el panorama digital y su impacto en nuestra comprensión de la verdad.
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