La Fuerza Espacial de EE. UU. ha adjudicado contratos por 13.7 mil millones de dólares a SpaceX, United Launch Alliance (ULA) y Blue Origin para lanzar satélites críticos de seguridad nacional a la órbita hasta principios de la década de 2030. Esto marca un cambio significativo en el programa de lanzamientos espaciales militares, previamente dominado por ULA, ya que la Fuerza Espacial busca diversificar sus proveedores de lanzamientos y adaptarse a misiones cada vez más complejas que requieren capacidades de elevación pesada.
La Fuerza Espacial de EE. UU. ha otorgado recientemente contratos significativos por un total de $13.7 mil millones a SpaceX, United Launch Alliance (ULA) y Blue Origin. Estos contratos están designados para entregar las cargas militares más críticas del Pentágono a la órbita, extendiéndose hasta principios de la década de 2030. Esta medida estratégica tiene como objetivo asegurar servicios de lanzamiento confiables para misiones de seguridad nacional, garantizando el acceso al espacio para activos gubernamentales vitales.
Estas misiones están diseñadas específicamente para lanzar los satélites de seguridad nacional más pesados del gobierno. Ejemplos incluyen las grandes plataformas de espionaje del tamaño de autobuses de la Oficina Nacional de Reconocimiento. Además, estos lanzamientos tienen la tarea de desplegar estas sofisticadas cargas útiles en órbitas precisas y a medida. Tales misiones exigentes a menudo requieren cohetes de carga pesada equipados con etapas superiores de larga duración capaces de operaciones sostenidas en el espacio, a veces durante seis o más horas, para lograr los parámetros orbitales requeridos.
Los contratos anunciados el viernes representan la siguiente fase del programa de lanzamiento espacial militar. Este programa fue históricamente dominado por United Launch Alliance, una empresa conjunta 50-50 formada entre los contratistas de defensa heredados Boeing y Lockheed Martin. ULA mantuvo un casi monopolio en estos lucrativos contratos de lanzamiento gubernamentales durante muchos años.
Sin embargo, el panorama comenzó a cambiar significativamente después de que SpaceX lograra una serie de lanzamientos exitosos con su cohete Falcon 9 hace más de una década. Reconociendo el potencial de competencia, SpaceX inició acciones legales contra la Fuerza Aérea, buscando el derecho a ofertar por los contratos de lanzamiento más rentables del ejército. La Fuerza Aérea finalmente cedió en 2015, permitiendo a SpaceX competir. Desde entonces, SpaceX ha asegurado una parte sustancial de las misiones ordenadas por el Pentágono a través del programa National Security Space Launch (NSSL), capturando más del 40 por ciento de estos contratos y estableciendo efectivamente un duopolio relativamente estable para los requisitos de lanzamiento del ejército.
La responsabilidad de la adquisición de lanzamientos pasó de la Fuerza Aérea a la Fuerza Espacial tras su establecimiento en 2019. En el año siguiente, la Fuerza Espacial otorgó otro conjunto de contratos tanto a ULA como a SpaceX para misiones programadas de 2020 a 2024. En esta fase, conocida como NSSL Fase 2, el nuevo cohete Vulcan de ULA fue inicialmente asignado el 60 por ciento de estas misiones. Sin embargo, la Fuerza Espacial luego reasignó varios de estos lanzamientos a SpaceX debido a los retrasos encontrados por ULA en el desarrollo y la preparación de su cohete Vulcan.
De cara al futuro, los cohetes Vulcan de ULA y Falcon 9 y Falcon Heavy de SpaceX están programados para lanzar las 42 misiones restantes de la Fase 2 en los próximos años. Tras la finalización de estas misiones, el programa pasará a la Fase 3, que fue anunciada formalmente por la Fuerza Espacial el viernes.
Esta próxima ronda de contratos de lanzamiento de la Fuerza Espacial, Fase 3, verá un cambio significativo en la asignación de misiones, invirtiendo efectivamente el guion de las fases anteriores. SpaceX está lista para tomar la mayor parte de estas misiones. El desglose de los nuevos acuerdos de lanzamiento a precio fijo del ejército ilustra claramente este cambio de estrategia y distribución entre los proveedores seleccionados.
La Fuerza Espacial de EE. UU. ha adjudicado contratos de lanzamiento por $13.7 mil millones a SpaceX, ULA y Blue Origin, lo que representa un cambio en el programa militar de lanzamientos espaciales. SpaceX recibirá la mayoría de las misiones en la nueva Fase 3, terminando un período de duopolio con ULA. Esta medida asegura el acceso a capacidades de carga pesada para satélites críticos de seguridad nacional e introduce a Blue Origin en el panorama competitivo, señalando una nueva era de diversificación y resiliencia en las capacidades de lanzamiento espacial.
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