La Ley “Take It Down”, un proyecto de ley bipartidista que busca criminalizar la publicación de imágenes íntimas no consensuadas (NCII) y deepfakes generados por IA, ha ganado un apoyo significativo de plataformas de redes sociales como Snap y Roblox, así como de figuras como la Primera Dama. Sin embargo, la legislación también ha recibido críticas de defensores de la libertad de expresión y la privacidad, quienes expresan preocupación por la posible censura y los impactos en la privacidad del usuario.
La Ley Take It Down, una controvertida legislación destinada a combatir la difusión de imágenes íntimas no consensuadas (NCII) y deepfakes, ha recibido un apoyo significativo de las principales plataformas de redes sociales como Snap. Snap, en un comunicado, destacó la importancia del proyecto de ley para proteger a las personas de que se compartan imágenes privadas sin permiso y para limitar la distribución de imágenes íntimas generadas por IA, que consideran “igual de perjudiciales”. Este apoyo se alinea con los esfuerzos existentes de Snap para prevenir la distribución en línea de NCII e imágenes de explotación y abuso sexual infantil (CSEAI).
Sumándose a la creciente lista de partidarios, el cofundador de Roblox, David Baszucki, también anunció públicamente el respaldo de la plataforma al proyecto de ley. Baszucki enfatizó los peligros inherentes que Internet plantea a los niños debido a la rápida difusión de imágenes y videos, afirmando que dicho contenido es “increíblemente sensible” y requiere “una mayor supervisión gubernamental para las aplicaciones que permiten compartir imágenes y videos”. También señaló que Roblox actualmente no admite esta funcionalidad, lo que sugiere una posible necesidad futura de dicha supervisión si su plataforma incorporara funciones para compartir imágenes y videos.
La naturaleza bipartidista de la Ley Take It Down es evidente en su presentación por el senador republicano Ted Cruz el pasado mes de junio y su posterior aprobación en el Senado en febrero. La legislación establece la publicación o amenaza de publicar imágenes explícitas no consensuadas, incluidas imágenes generadas por IA, como un delito federal. Un requisito clave del proyecto de ley es que las empresas de redes sociales deben eliminar el contenido original y cualquier duplicado dentro de las 48 horas posteriores a la notificación. Además, la Comisión Federal de Comercio (FTC) recibiría nuevos poderes para emprender acciones legales contra las plataformas que no cumplan con estas regulaciones, lo que indica un aumento significativo de la supervisión regulatoria para las empresas de redes sociales.
Demostrando aún más el amplio atractivo del proyecto de ley, la ex primera dama Melania Trump expresó públicamente su apoyo a la Ley Take It Down en marzo. Este respaldo de una figura pública prominente subraya la importancia percibida de la legislación para abordar el problema de las imágenes íntimas no consensuadas y los deepfakes, agregando otra capa de respaldo político y público al proyecto de ley.
Sin embargo, a pesar de su apoyo bipartidista y de celebridades, la Ley Take It Down ha enfrentado una oposición significativa de los defensores de la libertad de expresión y la privacidad. Organizaciones como la Electronic Frontier Foundation, SIECUS: Sex Ed for Social Change y la Woodhull Freedom Foundation se han opuesto abiertamente al proyecto de ley, incluso enviando una carta conjunta al Senado en la que exponen sus preocupaciones. Su principal objeción se centra en el mecanismo actual de notificación y eliminación (NTD) del proyecto de ley, que argumentan podría tener consecuencias imprevistas y de gran alcance en el contenido que no se incluye en la definición de NCII. Específicamente, temen que pueda crear una “vía potencial de censura” para la pornografía legal, el periodismo y el discurso político, lo que genera serias preocupaciones sobre la posibilidad de extralimitación y la supresión de contenido legítimo en línea.
Los defensores que se oponen al proyecto de ley sostienen que tales acciones serían inconstitucionales, infringiendo los derechos fundamentales a la libertad de expresión. Además, argumentan que el proyecto de ley también podría poner en peligro la privacidad de los usuarios, socavando potencialmente la eficacia del cifrado de extremo a extremo. Esta preocupación surge de la posibilidad de que las plataformas inviertan más en tecnología de detección automática y otras herramientas para monitorear los mensajes de los usuarios en un esfuerzo por cumplir con los requisitos del proyecto de ley, lo que conduciría a una mayor vigilancia y un efecto disuasorio en las comunicaciones privadas.
Es importante señalar que la Ley Take It Down no es el único esfuerzo legislativo destinado a proporcionar vías legales y civiles para las víctimas de NCII. La Ley Defiance (“Disrupt Explicit Forged Images and Non-Consensual Edits”) de 2024, encabezada por el presidente del Comité Judicial del Senado, Dick Durbin, el senador republicano Lindsay Graham y la representante demócrata y colíder Alexandria Ocasio-Cortez, representa otro intento significativo de abordar este problema a través de medios legislativos. Además, empresas como Roblox también se han comprometido a mejorar la seguridad en línea para los niños al adherirse a la Ley de Protección de la Privacidad en Línea de los Niños (COPPA) 2.0, una versión actualizada de un proyecto de ley existente que, entre otras ampliaciones, extendería las protecciones de privacidad de datos en línea a personas menores de 17 años, lo que destaca un movimiento más amplio hacia una mayor seguridad en línea y regulaciones de privacidad.
La Ley Take It Down, respaldada por gigantes de las redes sociales y figuras como la Primera Dama, busca criminalizar la publicación de imágenes íntimas no consensuadas, incluyendo deepfakes generados por IA, y exige su rápida eliminación por las plataformas. Sin embargo, enfrenta fuerte oposición de defensores de la privacidad y la libertad de expresión, quienes temen censura y comprometer la privacidad del usuario mediante una mayor vigilancia. Esta legislación se suma a un esfuerzo más amplio para abordar el NCII, junto con leyes como la Ley Defiance y COPPA 2.0. El debate resalta una tensión crucial: cómo proteger a las víctimas de la explotación digital sin restringir indebidamente la libertad de expresión y la privacidad en línea. Es fundamental una mayor exploración del impacto potencial en la libertad de expresión y la innovación tecnológica para abordar este complejo problema de manera responsable.
Leave a Reply