Los legisladores holandeses proponen una nueva iniciativa llamada “Derechos Digitales de los Niños” destinada a otorgar a las personas, especialmente a los jóvenes, un mayor control sobre sus datos en línea. El plan incluye una propuesta de herramienta de “botón rojo” que permitiría a los usuarios eliminar fácilmente sus huellas digitales de Internet, abordando las preocupaciones sobre el seguimiento y la elaboración de perfiles omnipresentes que comienzan a una edad temprana y las posibles consecuencias a largo plazo de estos perfiles digitales.
Legisladores holandeses están impulsando una nueva medida significativa para empoderar a las personas en la gestión de su privacidad en línea: un “botón rojo” diseñado para facilitar el borrado de huellas digitales. Esta propuesta, encabezada por Don Ceder de ChristenUnie y Jesse Six Dijkstra de NSC, se describe en su nota de iniciativa, Derechos Digitales de los Niños, y tiene como objetivo simplificar el proceso actualmente engorroso de eliminar datos personales de Internet. La idea central es proporcionar una herramienta única y accesible que permita a los usuarios ejercer eficazmente su derecho al olvido con el mínimo esfuerzo, abordando las crecientes preocupaciones sobre el rastreo y la elaboración de perfiles en línea generalizados.
El enfoque principal de esta legislación propuesta es la protección de los jóvenes, reconociendo su particular vulnerabilidad en el ámbito digital. Los legisladores proponen un enfoque proactivo, donde el gobierno se involucraría directamente con las personas al cumplir los 18 años, ofreciéndoles acceso gratuito a esta herramienta de eliminación de datos. Este enfoque específico reconoce que los perfiles digitales comienzan a acumularse a una edad temprana, a menudo antes de que las personas comprendan plenamente las implicaciones de su actividad en línea. Si bien la iniciativa prioriza a los jóvenes, el “botón rojo” también estaría disponible para los adultos, aunque posiblemente con una pequeña tarifa, garantizando un acceso más amplio a esta función que mejora la privacidad.
Una justificación clave para esta iniciativa reside en la naturaleza ubicua del rastreo en línea, que los legisladores argumentan que comienza a una edad muy temprana. Como señala Ceder, “Hoy en día, no se puede visitar un sitio web sin ser rastreado”. Este rastreo se facilita en gran medida mediante cookies, pequeños archivos de datos que recopilan información detallada sobre el comportamiento del usuario, incluidos datos personales e intereses. La acumulación de estos puntos de datos a lo largo del tiempo conduce a la creación de perfiles digitales completos. Los legisladores destacan que cuando una persona cumple 18 años, “ya se han creado múltiples perfiles digitales sobre ti”, a menudo sin su total comprensión o consentimiento informado.
El tema del consentimiento, particularmente en lo que respecta a los niños, es una preocupación central para Ceder y Six Dijkstra. Si bien los sitios web normalmente requieren que los usuarios acepten o rechacen las cookies, los legisladores argumentan que este proceso a menudo es ineficaz para los usuarios más jóvenes. Como afirma Six Dijkstra, “Los niños no se dan cuenta de lo que están aceptando”. Pueden aceptar cookies sin comprender las consecuencias a largo plazo de compartir sus datos, lo que lleva a la creación de perfiles digitales persistentes que pueden seguirlos hasta la edad adulta y potencialmente conducir a desventajas sistémicas.
Los legisladores advierten que estos primeros perfiles digitales pueden tener efectos significativos y duraderos en la vida de las personas. Ceder enfatiza que “Algunas cosas son solo fases en tu vida, especialmente cuando eres joven”. Sin embargo, si estas fases transitorias se capturan y se registran permanentemente en un perfil digital, pueden seguir influyendo en cómo las personas son percibidas y tratadas en línea durante años. Esto puede crear una “trampa digital”, lo que dificulta que las personas escapen a las consecuencias de la actividad en línea pasada, incluso si sus intereses o comportamientos han cambiado.
La base legal de esta propuesta es el “derecho al olvido” existente, un principio que ya está consagrado en la ley y que exige a las empresas digitales que eliminen los datos personales previa solicitud. Ceder y Six Dijkstra ven su “botón rojo” propuesto como una herramienta práctica para simplificar y hacer cumplir este derecho existente. Como afirma Ceder, “Se supone que estas empresas ya lo hacen”. Los legisladores creen que una solicitud clara de la Tweede Kamer, el parlamento holandés, para que las empresas cumplan con este proceso de eliminación simplificado es el siguiente paso lógico.
Sin embargo, los legisladores reconocen que el cumplimiento por parte de las principales empresas tecnológicas puede no ser automático. Six Dijkstra señala que si empresas como Google, X, Meta o Tinder se resisten a cooperar, pueden ser necesarias medidas de aplicación más estrictas. La propuesta incluye la posibilidad de explorar formas de “recordarles aún más sus obligaciones legales”, lo que sugiere que el gobierno holandés está preparado para tomar medidas adicionales para garantizar que las personas puedan ejercer eficazmente su derecho a controlar su huella digital. Esto indica un compromiso para garantizar que el “botón rojo” no sea simplemente un gesto simbólico, sino un mecanismo práctico y ejecutable para la privacidad digital.
Legisladores holandeses proponen un “botón rojo”, una herramienta digital para borrar fácilmente datos personales online, especialmente para jóvenes, combatiendo el seguimiento generalizado y posibles desventajas a largo plazo de perfiles digitales tempranos. Inspirada en el “derecho al olvido”, la iniciativa busca simplificar la eliminación de datos y responsabilizar a las empresas tecnológicas, con potencial para una aplicación más estricta si fuera necesario. ¿Será esta la clave para recuperar el control de nuestras identidades digitales, o un desafío complejo al equilibrar la privacidad con el panorama cambiante de internet?
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