TSMC, el mayor fabricante de chips por contrato del mundo, se enfrenta a una posible multa que supera los $1.000 millones de dólares por parte del Departamento de Comercio de Estados Unidos por suministrar, sin saberlo, a Huawei, una empresa china incluida en la lista negra, un chip crucial para su procesador de inteligencia artificial. Esta situación pone de manifiesto las complejidades de los controles de exportación de Estados Unidos y los desafíos que enfrentan empresas como TSMC al navegar por las restricciones comerciales con entidades incluidas en la Lista de Entidades del Departamento de Comercio de Estados Unidos, especialmente cuando se trata de cadenas de suministro sofisticadas y posibles engaños.
TSMC, un fabricante líder de chips, se enfrenta a una posible multa que supera los mil millones de dólares por parte del Departamento de Comercio de EE. UU. Esta importante sanción se debe a las acusaciones de que TSMC, sin saberlo, suministró un chiplet de cómputo a Huawei, una empresa incluida en la lista negra del gobierno de EE. UU., para su uso en su procesador de IA Ascend serie 910. La magnitud de esta posible multa es notable, posiblemente estableciendo un récord, y sugiere que un volumen sustancial de chips puede haber llegado a Huawei por medios engañosos.
La base de esta posible multa de más de mil millones de dólares reside en las normas de exportación de EE. UU., que permiten sanciones de hasta el doble del valor de cualquier transacción no autorizada. Si bien no se ha iniciado ninguna acción oficial formalmente contra TSMC, el procedimiento estándar implica que el Departamento de Comercio emita una carta de acusación propuesta que detalla las violaciones, los valores de las transacciones y los cálculos de las multas, lo que permite a la empresa 30 días para responder. Esto refleja un caso anterior en 2023 en el que Seagate fue multada con 300 millones de dólares por suministrar discos duros valorados en 1.100 millones de dólares a Huawei, lo que destaca el precedente de tales sanciones.
El problema salió a la luz el año pasado cuando se descubrió que un chiplet de cómputo fabricado por TSMC para Sophgo, una empresa vinculada al proveedor de hardware de minería de criptomonedas Bitmain, estaba, de hecho, destinado al procesador de IA Ascend serie 910 de Huawei. Huawei ha estado en la Lista de Entidades del Departamento de Comercio de EE. UU. desde mediados de 2020, lo que exige que empresas como TSMC obtengan una licencia de exportación del USDOC para suministrar a Huawei productos que incorporen tecnologías estadounidenses, incluidos chips producidos con herramientas desarrolladas y fabricadas en EE. UU.
Tras la revelación de TechInsights sobre el uso del chiplet en la serie HiSilicon Ascend 910 de Huawei, TSMC suspendió rápidamente los envíos a Sophgo y actualmente está colaborando con el Departamento de Comercio en el asunto. Posteriormente, en enero, Sophgo también fue agregada a la Lista de Entidades del USDOC. Sin embargo, no se revela el número exacto de chiplets que TSMC produjo indirectamente para Huawei.
Un desafío importante para TSMC es su incapacidad para determinar definitivamente el desarrollador original, el propósito final o el usuario de un diseño de chip proporcionado para la producción. Esta limitación inherente puede conducir a situaciones no deseadas como la que involucra a Sophgo. No obstante, la naturaleza del chiplet de cómputo de la serie Ascend 910 en sí, que contiene decenas de miles de millones de transistores y representa un costo de desarrollo sustancial, originado en una empresa relativamente desconocida afiliada a un diseñador de hardware de minería de bitcoin, posiblemente debería haber levantado señales de alerta.
Esta situación ha enfurecido particularmente al Departamento de Comercio de EE. UU., que ha buscado activamente restringir la venta de procesadores de IA avanzados a entidades chinas. Algunas estimaciones sugieren que Sophgo puede haber adquirido millones de estos chiplets para Huawei, lo que alimenta aún más las preocupaciones del gobierno de EE. UU. sobre la elusión de sus controles de exportación.
A raíz del escándalo de Sophgo, que surgió en el otoño de 2024, TSMC ha aumentado demostrablemente su vigilancia. A principios de este año, la empresa rescindió su relación con PowerAIR, con sede en Singapur, después de que una investigación interna planteara preocupaciones sobre posibles violaciones de los controles de exportación de EE. UU., lo que indica una mayor conciencia y un enfoque proactivo de cumplimiento.
Un problema fundamental para TSMC es la aparente estrategia de Huawei de utilizar empresas de terceros que se presentan como diseñadores de chips independientes para adquirir chips de fabricantes de clase mundial como TSMC. Luego, según los informes, Huawei toma medidas para ocultar el origen de estos chips, con el objetivo de seguir recibiéndolos a pesar de las restricciones del gobierno de EE. UU. Esta práctica engañosa pone a TSMC y a otros fabricantes de chips en riesgo de convertirse en víctimas involuntarias de los esfuerzos de Huawei para eludir los controles de exportación.
TSMC podría enfrentar una multa de más de mil millones de dólares por el Departamento de Comercio de EE. UU. por producir chips para Huawei, sin saberlo, lo que resalta las complejidades de los controles de exportación estadounidenses y los esfuerzos de Huawei para eludir las restricciones. El caso subraya la dificultad para fabricantes de chips como TSMC en verificar a los usuarios finales y el potencial de sanciones significativas por violar las reglas de exportación de EE. UU., una situación que muchos temen es consecuencia de las prácticas engañosas de Huawei. Es crucial profundizar en las regulaciones de control de exportaciones de EE. UU. para comprender el panorama geopolítico en evolución de la industria de semiconductores.
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