Deepfakes, Venganza y Justicia en Corea del Sur

Corea del Sur enfrenta una creciente crisis de delitos sexuales con deepfakes, alimentada por la proliferación de herramientas de inteligencia artificial (IA) y un historial de delitos sexuales digitales. Las víctimas, como Ruma, a menudo son blanco de imágenes manipuladas y amenazas, lo que destaca la necesidad de protecciones legales más fuertes, una mayor acción policial y una mayor conciencia social.

La experiencia de Ruma sirve como una desgarradora ilustración del impacto devastador de la tecnología deepfake y los delitos sexuales digitales. Un día de verano de 2021, fue bombardeada con notificaciones, solo para descubrir que su rostro había sido manipulado digitalmente y colocado en cuerpos desnudos, compartido en una sala de chat de Telegram. Los comentarios adjuntos eran denigrantes y vulgares, agravados por las amenazas de un remitente anónimo que parecía poseer detalles personales sobre ella. Esta experiencia, como afirmó Ruma, “rompió todo mi sistema de creencias sobre el mundo”, destacando el profundo daño psicológico infligido por tales actos.

El auge de la tecnología deepfake ha amplificado significativamente la amenaza de los delitos sexuales digitales, permitiendo que cualquiera se convierta en un objetivo, independientemente de si alguna vez ha tomado o compartido una foto de desnudo. Esto es particularmente evidente en Corea del Sur, donde el problema ha alcanzado niveles de crisis, especialmente dentro de las instituciones educativas. Entre enero y principios de noviembre del año anterior, más de 900 estudiantes, profesores y personal informaron ser víctimas de delitos sexuales deepfake solo en las escuelas, excluyendo las universidades. Esta alarmante estadística subraya la urgente necesidad de intervención y medidas preventivas.

En respuesta a la creciente crisis, el gobierno de Corea del Sur ha tomado medidas para abordar el problema. El Ministerio de Educación estableció un grupo de trabajo de emergencia y los legisladores aprobaron una enmienda que aumenta las penas por crear, distribuir, poseer y ver porno deepfake. Crear y distribuir imágenes explícitas deepfake no consensuadas ahora conlleva una pena máxima de prisión de siete años, frente a los cinco anteriores. Además, se ha instado a la Agencia Nacional de Policía a “liderar la erradicación completa de los delitos sexuales deepfake”.

Sin embargo, a pesar del aumento de las penas y las directivas oficiales, la efectividad de la aplicación de la ley sigue siendo una preocupación. De los 964 casos de delitos sexuales relacionados con deepfake reportados entre enero y octubre del año anterior, la policía solo realizó 23 arrestos. Esta discrepancia resalta los desafíos que se enfrentan para identificar y aprehender a los perpetradores, lo que lleva a una sensación de frustración y falta de justicia para muchas víctimas. Como señaló la legisladora Kim Nam-hee, “las investigaciones y los castigos han sido demasiado pasivos hasta ahora”, lo que llevó a algunas víctimas, como Ruma, a tomar cartas en el asunto.

La búsqueda de justicia de Ruma demuestra hasta dónde están dispuestas a llegar las víctimas para buscar reparación. Después de que la policía advirtiera sobre la dificultad de obtener información de usuarios de Telegram, buscó ayuda de Won Eun-ji, una activista conocida por exponer a un importante grupo de delitos sexuales digitales. Won se infiltró en la sala de chat, recopilando información durante casi dos años antes de coordinar una operación encubierta con la policía, lo que llevó a la detención de dos ex estudiantes de la Universidad Nacional de Seúl. El principal perpetrador recibió una condena de nueve años de prisión, mientras que un cómplice recibió 3,5 años.

El caso de Ruma, si bien resultó en un grado de justicia, es solo uno de miles, y muchas víctimas enfrentan una falta de apoyo. Una maestra de secundaria, Kim, experimentó una experiencia similar cuando su imagen fue manipulada y compartida en línea. A pesar de identificar al perpetrador, expresó su frustración por la falta de empatía pública y los desafíos para navegar por el sistema legal. Declaró: “Leí muchos artículos y comentarios sobre deepfakes que decían: ‘¿Por qué es un delito grave cuando ni siquiera es tu cuerpo real?’” Este sentimiento refleja un problema social más amplio de minimizar el daño causado por los delitos sexuales digitales.

Los desafíos para abordar estos delitos se ven agravados por las políticas de las plataformas de redes sociales. X, anteriormente Twitter, requiere una citación, una orden judicial u otro documento legal válido para obtener información del usuario, un proceso que puede llevar mucho tiempo. La política de la plataforma de informar a los usuarios sobre tales solicitudes también genera preocupaciones sobre la posible obstrucción de la justicia. Estos factores resaltan la necesidad de que las plataformas tomen medidas más proactivas para combatir la propagación de contenido dañino y proteger a las víctimas.

Las actitudes sociales y la falta de aplicación de la ley han contribuido a la prevalencia de los delitos sexuales digitales. Won, la activista, señaló que compartir y ver contenido sexual de mujeres no se ha considerado un delito grave en Corea del Sur. Esta apatía, combinada con la falta de aplicación de las leyes existentes, ha creado un entorno en el que los perpetradores se sienten envalentonados. La práctica de la “humillación por conocidos”, donde los perpetradores comparten fotos e información personal de mujeres que conocen, subraya aún más la amenaza para la seguridad de las víctimas.

El ecosistema de explotación sexual digital ha fluctuado, reduciéndose durante las investigaciones policiales a gran escala, pero expandiéndose nuevamente una vez que las autoridades se relajan. Este patrón cíclico resalta la necesidad de esfuerzos consistentes y sostenidos para combatir estos delitos. Las víctimas entrevistadas por CNN presionaron por un castigo más severo para los perpetradores, enfatizando la necesidad de juzgar estos casos adecuadamente cuando ocurren.

Las plataformas en línea están bajo presión para actuar. Telegram, una plataforma que se ha convertido en un espacio fértil para varios delitos digitales, anunció que comenzaría a compartir datos de usuarios con las autoridades como parte de una campaña más amplia contra las actividades ilegales. Esta medida se produjo después de que el director ejecutivo de la empresa, Pavel Durov, fuera arrestado en Francia en virtud de una orden judicial relacionada con la falta de moderación de Telegram.

Sin embargo, persiste el escepticismo sobre la efectividad de los esfuerzos de Telegram. Won sugirió que los gobiernos deberían eliminar la aplicación de las tiendas de aplicaciones si Telegram no muestra un progreso sustancial pronto. En un comunicado a CNN, Telegram dijo que la empresa “tiene una política de tolerancia cero con la pornografía ilegal” y utiliza “una combinación de moderación humana, herramientas de inteligencia artificial y aprendizaje automático e informes de usuarios y organizaciones de confianza para combatir la pornografía ilegal y otros abusos de la plataforma”.

Un avance significativo se produjo este enero, marcando la primera vez que las autoridades coreanas obtuvieron con éxito datos relacionados con delitos de Telegram. Catorce personas fueron arrestadas, incluidos seis menores, por presuntamente explotar sexualmente a más de 200 víctimas a través de Telegram. El cerebro de la red criminal supuestamente había atacado a hombres y mujeres de varias edades desde 2020, y más de 70 personas más estaban bajo investigación por presuntamente crear y compartir materiales de explotación deepfake.

En conclusión, la lucha contra los delitos sexuales deepfake en Corea del Sur está en curso, con las víctimas buscando justicia y abogando por el cambio. Si bien se están logrando avances legales y tecnológicos, persisten desafíos en términos de efectividad de la aplicación de la ley, actitudes sociales y el papel de las plataformas en línea. Como afirmó Ruma, “No importa cuánto se fortalezcan los castigos, todavía hay muchas más víctimas que sufren porque sus perpetradores no han sido atrapados, y es por eso que se siente como si el veredicto aún estuviera lejos de ser una verdadera realización del cambio o la justicia. Hay un largo camino por recorrer”.

Corea del Sur enfrenta un aumento alarmante de crímenes sexuales con deepfakes, especialmente en escuelas, impulsado por herramientas de IA accesibles y apatía social. Aunque las medidas legales y policiales se intensifican, las investigaciones son difíciles y las víctimas a menudo actúan por su cuenta. Se requiere mayor empatía pública, mayor responsabilidad de plataformas (especialmente Telegram) y sistemas de apoyo sólidos para las víctimas para abordar esta crisis en evolución y garantizar la justicia.

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