Deepfakes y Libertad de Expresión: Ley “Take It Down” a Trump

La Ley “Elimínalo”, a punto de ser firmada por el presidente Donald Trump, tiene como objetivo combatir la difusión de imágenes íntimas no consentidas, incluidas las creadas con inteligencia artificial. Si bien busca proteger a las personas del abuso en línea, el proyecto de ley ha generado un debate y preocupación significativos sobre su impacto potencial en la libertad de expresión, el cifrado y la posibilidad de uso indebido.

La Ley Take It Down, un proyecto de ley que exige la eliminación de imágenes sexuales no consensuadas (incluidas las generadas por IA) de las plataformas de redes sociales, está a punto de convertirse en ley, después de haber sido aprobada por la Cámara con un abrumador apoyo bipartidista y a la espera de la firma del presidente Trump. La rápida aprobación del proyecto de ley subraya la creciente preocupación por la proliferación de deepfakes y otras formas de abuso en línea, particularmente la difusión de contenido dañino. El propio Trump ha indicado su intención de firmar el proyecto de ley, incluso sugiriendo con humor que podría utilizarlo para su propio beneficio, haciendo referencia a las críticas en línea que enfrenta.

Sin embargo, a pesar de su amplio apoyo, la Ley Take It Down ha encendido un coro de críticas, centradas principalmente en su potencial de uso indebido y sus implicaciones para la libertad de expresión y el cifrado en línea. Los críticos, incluidas organizaciones dedicadas a combatir el abuso sexual basado en imágenes, expresan reservas sobre el enfoque del proyecto de ley, temiendo que pueda ser explotado para causar daño de maneras no deseadas. La Iniciativa de Derechos Civiles Cibernéticos (CCRI), si bien acoge con satisfacción la criminalización de la distribución no consensuada de imágenes íntimas, lamenta la inclusión de una disposición de eliminación, considerándola “altamente susceptible de uso indebido” y potencialmente contraproducente para las víctimas.

Una de las principales preocupaciones gira en torno al mecanismo de aplicación del proyecto de ley y el potencial de aplicación selectiva. La CCRI teme que la Comisión Federal de Comercio (FTC), la agencia encargada de supervisar la implementación del proyecto de ley, pueda verse influenciada por consideraciones políticas, lo que conduciría a una aplicación desigual. La organización sugiere que las plataformas alineadas con la administración actual podrían sentirse envalentonadas para ignorar los informes de imágenes íntimas no consensuadas, mientras que otras podrían enfrentar un escrutinio indebido. Esta disparidad, argumentan los críticos, podría, en última instancia, beneficiar a las “plataformas sin escrúpulos” y socavar el propósito previsto del proyecto de ley.

Además, los estrictos requisitos del proyecto de ley para la eliminación rápida de contenido plantean desafíos importantes, particularmente para las plataformas más pequeñas. La Electronic Frontier Foundation (EFF) advierte que el plazo de 48 horas para las solicitudes de eliminación obligará a las plataformas a actuar con rapidez, posiblemente sin tiempo suficiente para verificar la legitimidad de las reclamaciones. Esto, a su vez, podría conducir a la dependencia de filtros defectuosos y sistemas automatizados, que podrían eliminar inadvertidamente contenido legítimo o no identificar instancias genuinas de abuso.

Las implicaciones para el cifrado son otra área de preocupación significativa. La EFF destaca que los servicios cifrados de extremo a extremo, incluidos los sistemas de mensajería privada y el almacenamiento en la nube, no están exentos de las disposiciones del proyecto de ley. Esto plantea la cuestión de cómo tales servicios, que no pueden monitorear el contenido que intercambian sus usuarios, podrían cumplir con las solicitudes de eliminación. La EFF teme que las plataformas puedan verse obligadas a abandonar el cifrado por completo para monitorear el contenido, transformando efectivamente las conversaciones privadas en espacios vigilados. Esto sería un golpe significativo para la privacidad y podría socavar la seguridad de los sobrevivientes de abuso que a menudo confían en plataformas cifradas.

A pesar de estas críticas, la Ley Take It Down ha obtenido un apoyo considerable de varias partes interesadas. La primera dama Melania Trump se ha convertido en una defensora destacada, y el proyecto de ley también ha recibido el respaldo de grupos de defensa de padres y jóvenes, así como de algunos en la industria tecnológica. El presidente de asuntos globales de Google, Kent Walker, elogió la aprobación como “un gran paso para proteger a las personas de imágenes explícitas no consensuadas”, y Snap aplaudió de manera similar la votación. Internet Works, un grupo que representa a empresas medianas como Discord, Etsy, Reddit y Roblox, también expresó su apoyo, y el director ejecutivo Peter Chandler afirmó que el proyecto de ley “empoderaría a las víctimas para eliminar materiales NCII de Internet y poner fin al ciclo de victimización”.

Sin embargo, no todos están de acuerdo. El representante Thomas Massie (R-KY) fue uno de los dos únicos miembros de la Cámara que votaron en contra del proyecto de ley, citando preocupaciones sobre su potencial de abuso y consecuencias no deseadas. Su postura refleja el debate más amplio en torno al proyecto de ley, que enfrenta el deseo de combatir el abuso en línea contra los riesgos potenciales para la libertad de expresión, la privacidad y la integridad de Internet. La Ley Take It Down, por lo tanto, representa una pieza de legislación compleja y potencialmente controvertida, cuyo impacto total aún está por verse.

La Ley “Take It Down”, a la espera de la firma del Presidente Trump, penaliza la publicación de imágenes íntimas no consentidas, incluyendo deepfakes generados por IA, y exige su rápida eliminación por parte de las plataformas de redes sociales. Aunque sus defensores la celebran como una victoria para las víctimas, los críticos expresan serias preocupaciones sobre su posible uso indebido, la aplicación selectiva, la supresión de la libertad de expresión en línea y la erosión del cifrado, lo que podría llevar a las plataformas a abandonar las protecciones de privacidad. La rápida implementación de la ley y la falta de exenciones para los servicios cifrados plantean interrogantes sobre su impacto a largo plazo en la libertad y la seguridad en línea. Es fundamental una mayor exploración de los derechos digitales y la legislación sobre privacidad para navegar el panorama cambiante de la seguridad y la expresión en línea.

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