Este artículo detalla una controvertida iniciativa en el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) que involucra a un individuo joven e inexperto llamado Christopher Sweet, incorporado como parte del equipo “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE) de Elon Musk. Sweet, aún estudiante universitario, está liderando un esfuerzo para utilizar inteligencia artificial para reescribir las regulaciones de HUD, lo que genera preocupaciones sobre el proceso, las calificaciones del individuo y las implicaciones más amplias para la supervisión gubernamental.
Un joven con experiencia limitada, Christopher Sweet, estudiante de tercer año en la Universidad de Chicago, ha sido asignado a un papel significativo en el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) dentro del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Elon Musk. Su tarea principal implica aprovechar la inteligencia artificial para reescribir las reglas y regulaciones de la agencia, un proyecto que ha generado preocupación entre el personal de HUD.
La presentación de Sweet a los empleados de HUD, como se detalla en un correo electrónico compartido dentro de la agencia, destacó su experiencia en economía y ciencia de datos, junto con su dominio del portugués. Fue nombrado “asistente especial”, aunque un miembro del personal de DOGE sugirió que “analista cuantitativo de programación informática de IA” podría ser un título más preciso. Este nombramiento subraya el enfoque en el uso de la IA para revisar el marco regulatorio de HUD.
El núcleo del trabajo de Sweet implica el uso de la IA para analizar las regulaciones de HUD, compararlas con las leyes subyacentes e identificar áreas para una posible desregulación. Se le ha concedido acceso a repositorios de datos confidenciales, incluido el Centro de Información sobre Vivienda Pública e Indígena y los sistemas de verificación de ingresos empresariales, lo que enfatiza aún más el alcance de su proyecto. Este acceso le permite profundizar en las operaciones de la agencia e identificar áreas para un posible cambio.
El contexto de esta iniciativa se basa en el impulso más amplio hacia la desregulación, como se describe en el documento de política del Proyecto 2025. Este documento, asociado con la administración Trump, aboga por la desregulación en varios sectores, incluida la vivienda. Esto sugiere que el trabajo de Sweet se alinea con una agenda política más amplia para reducir la carga regulatoria en las agencias gubernamentales.
Específicamente, Sweet se está centrando en las regulaciones relacionadas con la Oficina de Vivienda Pública e Indígena (PIH). Ha producido una hoja de cálculo de Excel que contiene aproximadamente mil filas, identificando áreas donde la herramienta de IA sugiere que HUD puede haber “excedido” y proponiendo un lenguaje alternativo. Luego, el personal de PIH tiene la tarea de revisar estas recomendaciones generadas por la IA y justificar cualquier objeción. Este proceso destaca la dependencia del análisis impulsado por la IA y el posterior proceso de revisión humana.
El modelo de IA utilizado en este proyecto está destinado a expandirse por todo el gobierno, según una fuente de HUD. El modelo está diseñado para rastrear el Código de Regulaciones Federales (eCFR). Esto indica una estrategia más amplia para aplicar la desregulación impulsada por la IA en múltiples agencias gubernamentales.
El resultado de la revisión de la IA incluye reescrituras sugeridas y detalles sobre la cantidad de palabras que podrían eliminarse de las regulaciones individuales, junto con una cifra porcentual que indica el incumplimiento. Sin embargo, el método para calcular estos porcentajes sigue sin estar claro. Esto plantea preguntas sobre la transparencia y la metodología detrás de las recomendaciones de la IA.
La participación de Sweet en este proyecto ha generado críticas desde dentro de HUD. Una fuente cuestionó la necesidad del esfuerzo, dado el proceso de múltiples etapas existente para crear regulaciones en virtud de la Ley de Procedimiento Administrativo. Otra fuente expresó escepticismo sobre el título de Sweet, destacando la diferencia entre un programador y un analista de datos cuantitativos. Estas críticas subrayan las preocupaciones sobre la efectividad del proyecto y las calificaciones del personal involucrado.
Los antecedentes de Sweet revelan una experiencia profesional limitada. Fundó East Edge Securities, una firma de inversión, en 2023, mientras aún era estudiante. Su biografía en el sitio web de la firma menciona trabajos anteriores con firmas de capital privado y su papel como miembro de la junta directiva de un fondo de cobertura dirigido por estudiantes. También está programado para unirse a Nexus Point Capital como analista de verano. Estos antecedentes sugieren un enfoque en las finanzas y la inversión, en lugar de la regulación gubernamental o la política pública.
La presencia en línea de Sweet es mínima. Una cuenta pública de GitHub vinculada a él revela que estaba trabajando en el análisis de las regulaciones del gobierno federal antes de unirse a HUD. Esto sugiere un interés preexistente en el análisis regulatorio. La cuenta de Substack asociada con el mismo nombre de usuario sigue boletines informativos relacionados con las finanzas y el mercado, así como las publicaciones de Bari Weiss y Marc Andreessen, lo que indica aún más sus intereses.
La presencia de representantes de DOGE en HUD, incluido Sweet, ha generado preocupación. La representante estadounidense Maxine Waters ha acusado a DOGE de acciones que incluyen “robar fondos” y “acceder a datos confidenciales”. Este contexto subraya el potencial de uso indebido del poder y la necesidad de escrutinio de las actividades de DOGE dentro de las agencias gubernamentales.
El artículo describe cómo Christopher Sweet, un joven sin experiencia con vínculos con el “Departamento de Eficiencia Gubernamental” de Elon Musk, está utilizando IA para reformar las regulaciones de HUD, lo que podría afectar la vivienda pública y las políticas gubernamentales en general. Surgen preocupaciones sobre las cualificaciones de Sweet, la opacidad del proceso de toma de decisiones de la IA y la posible desregulación alineada con agendas de extrema derecha, lo que plantea interrogantes sobre la supervisión y la rendición de cuentas en la aplicación de la IA a las funciones gubernamentales.
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