Un grupo de investigadores de Texas ha desarrollado un prometedor nuevo tratamiento para el trastorno de estrés postraumático (TEPT) que combina la terapia tradicional con un enfoque novedoso: la estimulación del nervio vago, un nervio principal que controla las funciones corporales involuntarias, mediante un pequeño dispositivo. Esto ofrece un posible rayo de esperanza para los millones de personas en todo el mundo afectadas por el TEPT, extendiéndose más allá de los veteranos militares a una gama más amplia de pacientes.
Investigadores con sede en Texas han desarrollado un nuevo tratamiento innovador para el trastorno de estrés postraumático (TEPT) que implica la estimulación del nervio vago, ofreciendo un posible avance para millones de personas en todo el mundo. Este enfoque innovador, que utiliza un dispositivo del tamaño de un botón de camisa, promete una nueva vía para aquellos que luchan con los efectos debilitantes del TEPT, extendiéndose más allá del alcance tradicional de los veteranos militares.
El nervio vago, el nervio principal del sistema nervioso parasimpático, es el objetivo de este nuevo tratamiento. Este nervio juega un papel crucial en la regulación de las funciones corporales involuntarias, incluyendo la frecuencia cardíaca, la digestión y el estado de ánimo. Como el nervio parasimpático más grande, se extiende desde el cerebro hasta el intestino grueso. La estimulación del nervio vago con impulsos eléctricos ha demostrado ser prometedora en el tratamiento de afecciones como la epilepsia y la depresión, y ahora, potencialmente, el TEPT.
El nuevo tratamiento funciona en conjunto con la terapia de exposición prolongada (TEP), un tratamiento tradicional para el TEPT. La TEP implica que los pacientes se enfrenten gradualmente a recuerdos y situaciones traumáticas en un entorno controlado y seguro. El equipo de investigación, compuesto por científicos de la Universidad de Texas en Dallas y el Centro Médico de la Universidad de Baylor, combinó la TEP con breves ráfagas de estimulación del nervio vago administradas a través de un pequeño dispositivo colocado en el cuello del participante.
La efectividad de este enfoque combinado se demostró en un ensayo de Fase 1. El ensayo involucró a nueve pacientes que se sometieron a 12 sesiones de estimulación del nervio vago. Sorprendentemente, después de seis meses de seguimiento, todos los participantes estaban libres de síntomas. El Dr. Michael Kilgard, profesor de neurociencia en UT Dallas y autor del estudio, declaró: “En este caso, tuvimos una pérdida del 100% del diagnóstico. Es muy prometedor”. Esta tasa de éxito es particularmente notable, ya que los diagnósticos de TEPT a menudo persisten durante toda la vida del paciente.
El mecanismo detrás de este tratamiento implica la mejora de la plasticidad sináptica, la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar sus conexiones neuronales. La TEP ayuda al cerebro a identificar qué conexiones necesitan ser alteradas, específicamente aquellas relacionadas con la respuesta de miedo asociada con el trauma. Simultáneamente, la estimulación del nervio vago proporciona un “impulso químico” a través de neuromoduladores como la acetilcolina y la norepinefrina, lo que mejora la capacidad del cerebro para reconectarse durante el proceso terapéutico.
Se cree que esta mejora de la plasticidad fortalece y prolonga la extinción del miedo, lo que lleva a la reducción observada de los síntomas del TEPT. El concepto de utilizar la estimulación del nervio vago no es del todo nuevo. Anteriormente ha demostrado su eficacia en el tratamiento del deterioro del movimiento en pacientes con accidente cerebrovascular y en la reducción de la fatiga en personas con privación del sueño.
Más allá de la aplicación de la ENV con la TEP, los investigadores han desarrollado un pequeño dispositivo ENV implantable del tamaño de una moneda de diez centavos para administrar la estimulación, lo que facilita potencialmente la administración del tratamiento. Esta innovación se suma a la creciente lista de enfoques innovadores para tratar el TEPT, incluyendo drogas psicodélicas, ejercicio, programas de atención plena e incluso el videojuego Tetris.
El equipo de Texas ya está avanzando con un estudio piloto de Fase 2 más completo, que involucra a participantes en Dallas y Austin. Los investigadores esperan que este tratamiento algún día proporcione una opción efectiva “para las personas que no mejoran solo con la terapia cognitivo-conductual”. Esta investigación es muy prometedora para ofrecer una nueva y efectiva opción de tratamiento para las personas que sufren de TEPT.
Investigadores de Texas han creado un prometedor tratamiento para el TEPT que combina la terapia de exposición prolongada (PET) con la estimulación del nervio vago (ENV) mediante un pequeño dispositivo implantable. Un ensayo de Fase 1 demostró que el 100% de los participantes quedaron libres de síntomas, lo que sugiere que la ENV mejora la capacidad del cerebro para adaptarse y extinguir las respuestas al miedo. Este enfoque innovador, basado en éxitos previos de la ENV, ofrece esperanza para quienes no responden a las terapias tradicionales: ¿podría ser este un punto de inflexión en el tratamiento del TEPT?
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