La memoria de un ex empleado de Facebook, “Careless People” (Gente descuidada), que se publicará el martes, alega mala conducta dentro de la empresa, incluyendo acoso sexual y declaraciones incompletas al Congreso con respecto a la relación de Facebook con China. Sarah Wynn-Williams, ex directora de política pública global, detalla sus experiencias y afirma que Meta ignoró las advertencias internas sobre posibles daños a los derechos humanos y la democracia mientras perseguía el crecimiento, particularmente en China.
Sarah Wynn-Williams, ex directora de política pública global en Facebook (ahora Meta), publicará una memoria, “Careless People” (Gente descuidada), que detalla acusaciones de mala conducta dentro de la empresa, incluyendo denuncias de acoso sexual y declaraciones incompletas al Congreso sobre la relación de Facebook con China. La memoria y una entrevista exclusiva con NBC News exponen estas acusaciones, lo que provocó una respuesta rápida y defensiva por parte de Meta. El núcleo de la crítica de Wynn-Williams se centra en un patrón de priorizar el crecimiento y el poder sin control por encima de las consideraciones éticas y la gobernanza responsable, un patrón que cree que la empresa está repitiendo hoy.
Las experiencias personales de Wynn-Williams forman la base de su crítica, comenzando con las acusaciones de acoso sexual por parte de Joel Kaplan, entonces vicepresidente de política pública global y ahora director de asuntos globales de Meta. Ella afirma que sufrió represalias después de denunciar el comportamiento de Kaplan, lo que culminó en su despido en 2017. Meta niega estas afirmaciones, declarando que una investigación interna exoneró a Kaplan y que Wynn-Williams fue despedida por “bajo rendimiento y comportamiento tóxico”. El ex supervisor Elliot Schrage se hizo eco de este sentimiento, citando “fallos repetidos”, incluyendo indecisión, cambio de enfoque y falta de ejecución en la contratación dentro del equipo de liderazgo de políticas. Este conflicto inicial establece una narrativa de un ambiente de trabajo hostil y un posible abuso de poder dentro de la empresa, un tema que resuena a lo largo de la memoria.
Más allá de las acusaciones personales, la memoria de Wynn-Williams cuestiona directamente el manejo de Meta de su relación con China. Ella alega que Facebook ignoró las alarmas internas con respecto al daño potencial a los derechos humanos y la democracia en su implacable búsqueda de crecimiento dentro del mercado chino. Esto incluyó un esfuerzo de varios años, con el nombre en código “Proyecto Aldrin”, destinado a persuadir al gobierno chino para que permitiera que las aplicaciones de Facebook operaran dentro del país. Documentos internos y capturas de pantalla de Slack, revisados por NBC News, detallan discusiones entre empleados de Facebook sobre la construcción de herramientas de censura específicas y su prueba para la Administración del Ciberespacio de China. El libro también alega que Facebook tergiversó el alcance de sus planes en China ante los legisladores estadounidenses en 2018, presentando un testimonio escrito que afirmaba que “no estaba en condiciones de saber” cómo China aplicaría sus leyes a un servicio teórico de Facebook en China, a pesar de años de investigación y negociaciones. A pesar de las declaraciones públicas de Zuckerberg que sugieren un cambio de rumbo en la operación de aplicaciones en China, Meta continúa generando ingresos sustanciales de los anunciantes chinos, lo que destaca un interés financiero continuo en el mercado.
La memoria también arroja luz sobre el estilo de liderazgo de Mark Zuckerberg, retratándolo como inicialmente desvinculado de los asuntos internacionales y carente de preparación para compromisos de alto nivel. Wynn-Williams relata instancias en las que Zuckerberg mostró poco interés en las sesiones informativas, llegó tarde a las reuniones con líderes mundiales e incluso pareció ajeno a la presencia de dignatarios importantes. Lo describe como titubeante en varios encuentros, siendo despreciado por el Primer Ministro de Canadá, negándose a prepararse para una reunión con el Presidente electo de Indonesia y llegando tarde a un evento con el Presidente de Colombia. Sin embargo, la memoria también señala una evolución gradual en la participación de Zuckerberg en la política, impulsada por el deseo de comprender las complejidades de los asuntos globales y una creciente ambición de ejercer influencia en el escenario mundial.
Complicando aún más la narrativa está el supuesto comportamiento de Sheryl Sandberg, ex directora de operaciones de Meta y defensora de las mujeres en los negocios. Wynn-Williams alega que Sandberg, a pesar de su imagen pública como una líder femenina fuerte y empoderadora, participó en una conducta cuestionable. La memoria detalla un incidente en el que Sandberg supuestamente presionó a Wynn-Williams para que restara importancia a las preocupaciones sobre el papel de Facebook en la crisis rohingya en Myanmar. Además, Wynn-Williams afirma que Sandberg la presionó para asegurarse de que Zuckerberg no la mencionara en un discurso, por temor a que dañara su imagen pública. La memoria también alega que Sandberg presionó a Wynn-Williams para que restara importancia a las preocupaciones sobre el papel de Facebook en la crisis rohingya en Myanmar. El libro detalla un incidente en el que Sandberg supuestamente presionó a Wynn-Williams para que restara importancia a las preocupaciones sobre el papel de Facebook en la crisis rohingya en Myanmar. Estas acusaciones pintan un cuadro de una líder que prioriza la imagen personal sobre las consideraciones éticas y la gobernanza responsable.
Meta ha respondido agresivamente a las acusaciones, negando vehementemente las afirmaciones de Wynn-Williams y retratándola como una ex empleada descontenta que busca dañar la reputación de la empresa. La empresa ha enfatizado que las investigaciones internas exoneraron a Kaplan y que el despido de Wynn-Williams se debió a problemas de rendimiento. Meta también ha cuestionado la exactitud y el contexto de los documentos internos citados en la memoria, sugiriendo que se han presentado selectivamente para crear una narrativa engañosa. Sin embargo, el gran volumen de documentos internos y capturas de pantalla de Slack revisados por NBC News, combinados con el relato detallado de Wynn-Williams sobre sus experiencias, presenta un desafío significativo a la defensa de Meta.
El impacto de la memoria se extiende más allá de la controversia inmediata en torno a las acusaciones de Wynn-Williams. Plantea preguntas más amplias sobre las responsabilidades éticas de las empresas tecnológicas, los peligros del poder sin control y el potencial de que las plataformas de redes sociales sean explotadas con fines políticos. Al proporcionar una mirada tras bambalinas a los procesos de toma de decisiones dentro de una de las empresas tecnológicas más poderosas del mundo, “Careless People” ofrece una advertencia sobre la importancia de priorizar las consideraciones éticas y la gobernanza responsable en la era digital. Las revelaciones del libro sobre la búsqueda de crecimiento de Facebook en China, junto con su manejo de la crisis rohingya, subrayan el potencial de que las plataformas de redes sociales se utilicen para exacerbar los conflictos y socavar los valores democráticos.
La memoria de Sarah Wynn-Williams denuncia mala conducta en Facebook, incluyendo acoso sexual, declaraciones incompletas al Congreso sobre las relaciones con China, y priorizar el crecimiento sobre los derechos humanos. Meta refuta estas acusaciones, acusando a Wynn-Williams de ser una activista resentida que busca vender libros. La publicación del libro resalta las preocupaciones persistentes sobre las prácticas éticas de Facebook y su compleja relación con regímenes autoritarios, exigiendo un examen crítico del poder y la responsabilidad de la industria tecnológica.
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