Elon Musk reiteró recientemente su ambiciosa afirmación de desplegar millones de vehículos Tesla autónomos para finales del próximo año, una promesa que ha hecho repetidamente a lo largo de los años sin que se materialice. Este artículo examina la base cada vez más inestable de la “fantasía robotaxi” de Musk, explorando las limitaciones tecnológicas, los obstáculos regulatorios y las presiones financieras que enfrenta Tesla mientras intenta lograr capacidades de conducción totalmente autónoma.
Anoche, Elon Musk, en un movimiento familiar, prometió millones de vehículos Tesla autónomos en la carretera para finales del próximo año. Esta promesa, sin embargo, es parte de un patrón recurrente de predicciones optimistas que consistentemente no se han materializado.
Por ejemplo, desde al menos 2020, Musk ha prometido repetidamente que los vehículos Tesla lograrían capacidades de conducción totalmente autónoma. Sin embargo, estas promesas consistentemente no se han cumplido. Este patrón se complica aún más por el hecho de que Tesla ha enfrentado investigaciones relacionadas con numerosas muertes que involucran a sus vehículos y sus funciones de asistencia al conductor, Autopilot y Full Self-Driving.
Las últimas declaraciones de Musk llegan cuando Tesla enfrenta crecientes desafíos financieros. El CEO parece ansioso por desviar la atención de las realidades prácticas de administrar una empresa automotriz, especialmente en medio de las tensiones comerciales globales, y hacia una visión más atractiva de una empresa centrada en el futuro que produce millones de robots, tanto humanoides como vehiculares.
Sin embargo, esta visión parece cada vez más inalcanzable, particularmente a medida que Musk se enfrenta a las limitaciones de la tecnología de Tesla y al panorama político actual. Durante la llamada, Musk enfatizó su intención de continuar persiguiendo vehículos totalmente autónomos utilizando un conjunto de sensores solo con cámaras y una red neuronal de extremo a extremo.
Un problema importante es la falta de escrutinio externo. Tesla carece de un departamento de relaciones públicas dedicado y dejó de responder a las consultas de los medios hace casi seis años. En consecuencia, las afirmaciones de Musk sobre la conducción totalmente autónoma a menudo no se cuestionan. Además, su adquisición de Twitter, ahora X, permite a sus seguidores amplificar sus promesas con una mínima oposición.
Las llamadas de ganancias de Tesla son a menudo el único lugar donde Musk responde preguntas sobre la tecnología de la empresa. Estas preguntas a menudo están precedidas por comentarios halagadores de analistas financieros que han desarrollado relaciones cercanas con el CEO. Sin embargo, anoche, Musk enfrentó preguntas más directas sobre los planes de Tesla para lanzar coches sin conductor en Austin en un futuro cercano.
El año pasado, Musk declaró que Tesla lanzaría robotaxis “sin supervisión” en Austin, Texas, a partir de junio de 2025. Reiteró este plazo durante la llamada, pero con detalles añadidos. El servicio de transporte compartido de pago consistirá en 10-20 vehículos Model Y con operadores remotos disponibles en caso de emergencias. Entonces, aunque se describe como sin supervisión, el sistema también incorporará teleoperación.
Además, los robotaxis de Tesla tendrán “entrada de audio” para detectar la aproximación de vehículos de emergencia, al menos en algunas versiones. Ashok Elluswamy, vicepresidente de software de Autopilot e IA, señaló que las versiones orientadas al cliente no tendrán entrada de audio, pero los vehículos de Austin sí.
Musk ha prometido durante mucho tiempo la autonomía de Nivel 5, que permitiría a los vehículos sin conductor operar en cualquier lugar, bajo cualquier condición, sin limitaciones. Sin embargo, ahora reconoce limitaciones. Por ejemplo, una tormenta de nieve en Manhattan podría estar fuera de los límites para los taxis autónomos de Tesla. Esto sugiere el uso de geovallas, una práctica comúnmente empleada por otros operadores de vehículos autónomos, pero que Musk suele evitar.
Musk admitió que hay valor en tener parámetros localizados para diferentes regiones y localidades. Esto representa una desviación de su visión anterior de una flota completamente sin restricciones y descentralizada.
Con respecto a la fiabilidad de las cámaras de Tesla en condiciones difíciles como el deslumbramiento solar, la niebla o el polvo, Musk afirmó que el sistema de visión de la empresa evita el procesamiento de imágenes y utiliza el conteo directo de fotones.
En contraste, otros operadores de robotaxis, como Waymo, que realiza 200.000 viajes de taxi totalmente autónomos semanalmente, confían en un conjunto de sensores que incluye lidar, radar y sensores ultrasónicos para la redundancia. Musk descarta el lidar como una “muleta”.
Durante la llamada, Musk criticó el enfoque de Waymo por ser demasiado caro. Tesla, por el contrario, construye sus propios coches, ordenadores y sensores, promoviendo la integración vertical. Sin embargo, no mencionó la importante sustitución de hardware que requerirían millones de vehículos Tesla para lograr la conducción totalmente autónoma, un proceso que anteriormente describió como “doloroso” y costoso.
Musk afirmó que los vehículos de Tesla cuestan significativamente menos que los de Waymo y se producen en gran volumen. Argumenta que la apuesta de Tesla por una solución de IA pura con cámaras es la decisión correcta.
Musk reconoció que quedan obstáculos. Predijo “10 millones de coches autónomos” en la carretera en unos pocos años, a menos que “nos bloqueen las situaciones regulatorias”. No especificó qué desafíos regulatorios podrían surgir. Actualmente, Tesla no enfrenta obstáculos regulatorios inmediatos para desplegar coches sin conductor.
Sin embargo, existen posibles problemas. Los aranceles y la creciente guerra comercial podrían ser un punto de fricción. La producción del Cybercab de Tesla podría verse interrumpida debido a que la empresa pausó las importaciones de componentes de China.
Los coches totalmente sin conductor de Waymo operan actualmente en cuatro ciudades, incluida Austin, con más ubicaciones planificadas. Tesla, sin embargo, aún no ha demostrado que sus coches operen de forma autónoma en vías públicas, prefiriendo demostraciones controladas.
A pesar de promesas reiteradas, el despliegue de vehículos autónomos de Tesla enfrenta crecientes desafíos, incluyendo limitaciones tecnológicas, obstáculos regulatorios y presiones financieras. La visión de Musk de millones de Teslas sin conductor permanece distante, reconociendo “parámetros” y geovallas, alejándose de sus afirmaciones previas “sin restricciones”. Aunque presume la ventaja de costos y el enfoque de IA pura de Tesla, rivales como Waymo demuestran una operación totalmente autónoma más fiable. En última instancia, la materialización de las ambiciosas promesas de Musk depende de superar estos obstáculos y navegar un complejo panorama regulatorio, una prueba de fe tanto para inversores como para el público.
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