Gen en Plantas Revive: Clave para Cáncer y Cultivos

Investigadores de la Universidad Northeastern han logrado un avance significativo al resucitar un gen de una planta extinta en el tabaco coyote, abriendo nuevas vías para el desarrollo de fármacos y la innovación agrícola. Este trabajo se centra en un péptido cíclico previamente desconocido, llamado nanamin, que posee un inmenso potencial para crear nuevos tratamientos contra el cáncer, antibióticos y cultivos resistentes a insectos, aprovechando los procesos evolutivos naturales de las plantas.

Investigadores de la Universidad Northeastern han hecho un descubrimiento innovador con implicaciones significativas para el desarrollo de fármacos y aplicaciones agrícolas. Su trabajo se centra en la resurrección de un gen extinto en plantas, específicamente en la planta de tabaco coyote, abriendo nuevas vías para la creación de tratamientos contra el cáncer, antibióticos y protección contra insectos para los cultivos.

El núcleo de su logro reside en la resurrección de un gen inactivo que una vez codificó un péptido cíclico llamado nanamin. Esto se logró a través de un método llamado resurrección molecular de genes. Como explica Jing-Ke Weng, el profesor que dirige la investigación, “clonaron el gen y corrigieron la mutación”, retrocediendo efectivamente el reloj evolutivo. Este proceso les permite estudiar y utilizar compuestos que ya han sido refinados por millones de años de evolución natural.

La importancia de este descubrimiento se amplifica por la naturaleza de los péptidos cíclicos. Estos son mini-proteínas pequeñas y fácilmente bioingenierizables, compuestas por cadenas cortas de aminoácidos. Weng destaca su potencial, afirmando que nanamin es “una plataforma con un enorme potencial para el descubrimiento de fármacos”. El equipo puede generar fácilmente una biblioteca que produce millones de estos péptidos, que pueden usarse para la detección de fármacos.

Este enfoque contrasta con la tendencia más reciente de depender de compuestos sintetizados por humanos, que a menudo son menos eficientes que aprovechar los procesos naturales de las plantas. Weng enfatiza que la evolución ya ha hecho gran parte del trabajo, lo que convierte a nanamin y sus análogos en candidatos prometedores para el desarrollo de fármacos. Señala que “la evolución durante cientos de millones de años ha hecho su trabajo, por lo que es muy probable que nanamin y sus análogos ya estén desempeñando ciertos roles en la naturaleza. Simplemente estamos aprovechando eso y usándolo para el descubrimiento de fármacos”.

Las implicaciones de esta investigación se extienden más allá del desarrollo de fármacos. El equipo de Weng ya está explorando el uso de péptidos cíclicos en la agricultura. Han iniciado una colaboración con Bayer Crop Science para desarrollar rasgos anti-insectos en cultivos de maíz y frijol. La facilidad con la que estos péptidos pueden ser codificados y trasplantados en los cultivos ofrece un enfoque novedoso para mejorar la resiliencia de los cultivos en un clima cambiante.

La investigación también subraya la importancia de estudiar las plantas como químicos naturales. Weng enfatiza que las plantas “tienen que evolucionar para producir tantos compuestos como sus lenguajes únicos para comunicarse con el mundo exterior”. Profundizar en la genética y los rasgos químicos del tabaco coyote ha permitido a los investigadores “capturar la evolución en acción”, proporcionando una comprensión y apreciación más profundas de las plantas que encontramos a diario.

El trabajo del equipo destaca el potencial de los péptidos cíclicos para diversas aplicaciones. El tamaño y la mutabilidad química de nanamin lo convierten en un activo para descubrir nuevos fármacos, y el laboratorio de Weng ya lo está utilizando para descubrir nuevos tratamientos contra el cáncer. Además, la capacidad de codificar y trasplantar fácilmente estos péptidos en los cultivos ofrece una vía prometedora para los avances agrícolas.

Investigadores de la Universidad Northeastern resucitaron exitosamente un gen vegetal extinto en el tabaco coyote, descubriendo “nanamin”, un péptido cíclico versátil con gran potencial para el desarrollo de fármacos. Este avance ofrece una nueva vía para crear tratamientos contra el cáncer, antibióticos y cultivos resistentes a insectos, aprovechando la evolución vegetal para acelerar el descubrimiento de fármacos y mejorar la resiliencia agrícola. Al “capturar la evolución en acción”, esta investigación destaca las notables capacidades químicas de las plantas y abre nuevas y emocionantes vías para aprovechar sus compuestos naturales en beneficio de la salud humana y la agricultura.

Comments

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *