La influencia de Elon Musk, a menudo canalizada a través de sus iniciativas con Dogecoin (DOGE), ha apuntado recientemente a la burocracia federal estadounidense, particularmente a la Administración del Seguro Social (SSA). Se está impulsando la automatización, incluyendo la integración de un nuevo chatbot de IA y ambiciosos planes de reescritura de código, pero los primeros resultados y las comparaciones con la experiencia de Brasil con los servicios sociales automatizados plantean serias preocupaciones sobre la eficiencia, la precisión y la potencial desestabilización.
La influencia de Elon Musk, canalizada a través de su iniciativa, DOGE, está intentando renovar la burocracia federal estadounidense, con un enfoque particular en la Administración del Seguro Social (SSA). Este esfuerzo implica la reducción de agencias, el despido de empleados y la implementación de un nuevo modelo de gobernanza que prioriza la automatización.
Un aspecto clave de esta estrategia de “modernización” es la integración de herramientas de IA. Como informó Wired, la SSA introdujo un bot al estilo ChatGPT, el “Agency Support Companion”, destinado a ayudar a los empleados y aumentar la productividad. Sin embargo, la implementación ha estado lejos de ser exitosa. Según los informes, el bot es ineficaz, con respuestas vagas e inexactas, y el video de capacitación adjunto fue mal producido y no proporcionó información crucial, como la necesidad de evitar la carga de datos personales confidenciales. Esta falta de preparación y el bajo rendimiento del bot han provocado un desuso generalizado y críticas entre el personal de la agencia.
Los problemas con los esfuerzos de automatización de la SSA no son únicos. El artículo establece paralelismos con iniciativas similares en otros países, destacando posibles trampas. En Brasil, por ejemplo, el intento del gobierno de automatizar las reclamaciones de seguridad social a través de la aplicación Meu INSS ha resultado en numerosos problemas. La aplicación se basa en la visión por computadora y el procesamiento del lenguaje natural, pero con frecuencia rechaza reclamaciones legítimas debido a errores menores, lo que lleva a largas batallas legales.
La experiencia de Josélia de Brito, una ex trabajadora de la caña de azúcar a la que se le denegaron los beneficios de jubilación porque la aplicación la identificó erróneamente como hombre, ejemplifica el costo humano de estos fallos tecnológicos. Además, el artículo señala que los trabajadores agrícolas rurales en Brasil luchan con la creciente digitalización de los servicios sociales, careciendo de la alfabetización digital necesaria para navegar por estos sistemas automatizados.
Estas experiencias internacionales sirven como una advertencia para Estados Unidos, donde se está implementando la estrategia “AI-first” de DOGE. El objetivo es reducir drásticamente la fuerza laboral federal, reemplazando a los trabajadores humanos con software. Este enfoque, sin embargo, ya ha provocado una disfunción y caos significativos dentro de varias agencias, incluida la SSA.
Un incidente reciente en la SSA destaca los peligros potenciales de esta estrategia. Según los informes, los trabajadores de DOGE marcaron a “innumerables” beneficiarios de beneficios en vida como “muertos”, lo que llevó a la suspensión de sus beneficios. Rennie Glasgow, analista técnico de reclamaciones, describió la situación, señalando que la agencia ahora está luchando por reinstalar a estas personas, un proceso que puede llevar varios días.
Además, DOGE ha anunciado planes para reescribir la totalidad del código base de la SSA en cuestión de meses, posiblemente confiando en la IA para esta tarea. Dada la velocidad a la que esto está planeado, y la conocida falibilidad de la IA en la generación de código, esto podría conducir a un resultado desastroso. El artículo sugiere que el ritmo apresurado y la posible dependencia de la IA podrían introducir errores y vulnerabilidades significativas en los sistemas de la agencia.
Finalmente, el artículo plantea la posibilidad de que el objetivo de las acciones de DOGE no sea mejorar la SSA, sino desestabilizarla y, en última instancia, privatizarla. Los errores y el caos creados por estas iniciativas podrían verse como una estrategia deliberada para socavar la confianza pública y allanar el camino para la privatización. Si este es el caso, los problemas actuales no son fracasos, sino pasos hacia un resultado predeterminado.
El artículo describe los fallidos intentos de “DOGE”, respaldado por Elon Musk, de reformar agencias federales de EE. UU., especialmente la Administración del Seguro Social (SSA), mediante automatización y reducciones de personal. Estos esfuerzos han fracasado, incluyendo un chatbot deficiente, un video de capacitación desastroso y la marcación errónea de millones de beneficiarios como fallecidos. Comparando con el sistema automatizado de servicios sociales defectuoso de Brasil, el artículo sugiere que la excesiva dependencia de algoritmos puede empeorar los resultados y perjudicar desproporcionadamente a las poblaciones vulnerables. Finalmente, el artículo plantea la preocupación de que las acciones de DOGE puedan estar desestabilizando deliberadamente la SSA con la intención de privatizarla. Es crucial investigar más a fondo la potencial privatización de los servicios sociales y las implicaciones éticas de la IA en la gobernanza para salvaguardar el bienestar público.
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