Intel anunció recientemente cambios significativos durante su conferencia de resultados, impactando tanto a su fuerza laboral como a su estructura operativa. La compañía, ahora liderada por el CEO Lip-Bu Tan, está implementando una nueva ronda de recortes de empleo, aumentando los requisitos de trabajo en la oficina y optimizando las operaciones para reducir costos y mejorar la eficiencia en medio de condiciones de mercado desafiantes y escasez de producción.
Los empleados de Intel se enfrentan a cambios y desafíos significativos tras la reciente llamada de ganancias de la compañía, impulsados principalmente por el plan de reestructuración estratégica del nuevo CEO, Lip-Bu Tan. Este plan incluye recortes de empleos sustanciales, un mandato más estricto de regreso a la oficina y un enfoque en la optimización de las operaciones para mejorar la salud financiera.
En primer lugar, un componente importante de la estrategia de Tan implica la reducción de la fuerza laboral. Si bien el número exacto de despidos no se especificó durante la llamada de ganancias, la escala potencial es significativa. Tan declaró que estos cambios críticos reducirán el tamaño de la fuerza laboral. Informes anteriores de Bloomberg sugieren que más del 20% de la fuerza laboral actual podría verse afectada, potencialmente afectando a alrededor de 20,000 empleados. Estos recortes están programados para comenzar en el segundo trimestre de 2025 y se implementarán durante los próximos meses. Esto sigue a rondas anteriores de despidos, incluyendo 15,000 empleados en agosto del año anterior y 2,000 adicionales en octubre, junto con reducciones adicionales desde el inicio del año en curso.
En segundo lugar, además de los recortes de empleos, Intel está endureciendo su política de regreso a la oficina. Los trabajadores híbridos, que actualmente van a la oficina tres días a la semana, deberán aumentar su asistencia en persona a al menos cuatro días a la semana, a partir del 1 de septiembre. Tan cree que más trabajo en la oficina fomentará una mejor participación, colaboración y productividad. Esta medida se alinea con una tendencia más amplia de empresas, como Google, que están tomando medidas enérgicas contra los acuerdos de trabajo remoto.
Además, Intel se centra en la reducción de los gastos operativos. La compañía tiene como objetivo reducir sus gastos operativos de $17.5 mil millones en $500 millones este año y $1 mil millones adicionales en el año siguiente, lo que llevaría las cantidades a $17 mil millones y $16 mil millones, respectivamente. Estas medidas de reducción de costos impactarán a varios departamentos, incluyendo investigación y desarrollo, marketing y funciones generales y administrativas.
Además, Tan está implementando cambios internos para optimizar las operaciones y mejorar la eficiencia. Su objetivo es reducir las capas de gestión, citando que la burocracia excesiva obstaculiza la innovación y la agilidad. Señaló que muchos equipos actualmente tienen “ocho o más capas de profundidad”. Esta reestructuración sigue a una reciente revisión de la dirección de Intel, incluyendo el nombramiento de un nuevo CTO y líder de IA. Cambios adicionales incluyen menos reuniones innecesarias, la reducción del número de asistentes y la minimización del trabajo administrativo.
En contraste con el plan de reestructuración, el desempeño financiero de Intel presenta una imagen mixta. La compañía proyectó ingresos para el segundo trimestre de $11.2 mil millones a $12.4 mil millones, lo cual está por debajo de las expectativas de los analistas. Sin embargo, reportó ingresos para el primer trimestre de $12.67 mil millones, que fue menos del 1% menos interanual, pero superó las expectativas de los analistas.
Finalmente, Intel se enfrenta a desafíos de producción relacionados con su nodo de proceso Intel 7. La compañía reveló que la capacidad de producción se enfrenta a escasez, lo cual predice que “persistirá en el futuro previsible”. Esta situación se atribuye a un aumento inesperado en la demanda de sus productos N-1 y N-2, como Raptor Lake y Alder Lake, ya que los consumidores dudan en comprar sus chips de IA más nuevos y caros debido a la incertidumbre económica.
Bajo la dirección del nuevo CEO Lip-Bu Tan, Intel está experimentando cambios significativos, incluyendo recortes de empleos que podrían afectar a más de 20,000 empleados, exigencias de trabajo presencial y la optimización de operaciones para reducir costos y burocracia. Estas medidas, junto con la escasez de producción en nodos clave y proyecciones de ingresos decepcionantes, indican un período desafiante para el gigante tecnológico, que enfrenta incertidumbre económica y cambios en la demanda de los consumidores. ¿Revitalizarán estas drásticas medidas a Intel o sofocarán la innovación que tanto necesita?
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