Este artículo explora el creciente uso de la inteligencia artificial generativa, particularmente ChatGPT, entre los estudiantes universitarios y los desafíos resultantes para los educadores. Comienza con la historia de Chungin “Roy” Lee, un estudiante de la Universidad de Columbia que admite abiertamente usar la IA para completar una parte significativa de su trabajo académico, destacando una tendencia en crecimiento que está transformando el panorama de la educación superior y planteando preguntas fundamentales sobre el propósito del aprendizaje y el futuro de la evaluación.
Chungin “Roy” Lee, un estudiante de informática de la Universidad de Columbia, admitió abiertamente haber usado extensivamente la IA generativa para hacer trampa en casi todas sus tareas. Se basó en la IA para escribir una parte significativa de sus ensayos, insertando solo un pequeño porcentaje de su propia voz. Este enfoque le permitió navegar por sus cursos con el mínimo esfuerzo. Veía la universidad como un medio para un fin, principalmente para conocer a posibles cofundadores y a una futura esposa. Esta perspectiva resalta una visión transaccional de la educación superior, donde el objetivo principal no es el crecimiento intelectual sino el logro de objetivos personales específicos.
El camino de Lee a Columbia fue poco convencional. Inicialmente fue aceptado en Harvard, pero le rescindieron la oferta. Después de un año en un community college, se transfirió a Columbia, donde priorizó el networking y el emprendimiento sobre lo académico. Él y un cofundador desarrollaron varias ideas de startups, ninguna de las cuales ganó tracción. Esta experiencia lo llevó a desarrollar una herramienta llamada Interview Coder, diseñada para ayudar a los usuarios a hacer trampa durante las entrevistas de trabajo remotas al ocultar la asistencia de la IA.
La creación de Interview Coder por parte de Lee resultó en una acción disciplinaria por parte de la Universidad de Columbia. Fue puesto en libertad condicional por anunciar una herramienta para hacer trampa. A pesar de esto, Lee cree que el aprendizaje asistido por IA es inevitable y que las políticas actuales en su contra están desactualizadas. Ve el futuro de la educación como uno donde la IA está perfectamente integrada y las líneas entre la entrada humana y la artificial se difuminan.
El artículo luego se centra en el panorama más amplio del uso de la IA en la educación superior. Una encuesta de enero de 2023 reveló que casi el 90% de los estudiantes universitarios habían usado ChatGPT para las tareas. Estudiantes de varias instituciones, desde grandes escuelas estatales hasta universidades de la Ivy League, están aprovechando las herramientas de IA para una amplia gama de tareas académicas, incluyendo la toma de notas, la escritura de ensayos, la codificación y la investigación. Esta adopción generalizada subraya el impacto transformador de la IA en el proceso de aprendizaje.
Sarah, una estudiante de la Universidad Wilfrid Laurier, ejemplifica esta tendencia. Usó ChatGPT extensivamente en su último año de secundaria y continuó confiando en él en la universidad, experimentando mejoras significativas en sus calificaciones. Admite una posible dependencia de la IA, reflejando su dependencia existente de las plataformas de redes sociales. Esto resalta el potencial de la IA para convertirse en una parte integral de las rutinas diarias de los estudiantes, impactando sus hábitos de estudio y potencialmente su desarrollo cognitivo.
Los educadores están luchando por adaptarse a esta nueva realidad. Los profesores han experimentado con tareas a prueba de IA, como volver a los Blue Books tradicionales o realizar exámenes orales. Sin embargo, estos métodos a menudo son insuficientes. Brian Patrick Green, un académico de ética tecnológica, descubrió que la IA podía eludir fácilmente sus intentos de crear tareas a prueba de IA. Esto ilustra los desafíos que enfrentan los educadores para mantener la integridad académica en la era de la IA.
El artículo enfatiza que hacer trampa no es algo nuevo, pero la IA ha “volado el techo”. La facilidad con la que los estudiantes ahora pueden acceder a las herramientas de IA ha hecho que hacer trampa sea más prevalente y menos detectable. Troy Jollimore, un profesor, expresa su preocupación porque los estudiantes están saliendo de la universidad con títulos pero carecen de habilidades fundamentales, incluyendo la alfabetización y el pensamiento crítico. Esto plantea interrogantes sobre el impacto a largo plazo de la IA en la calidad de la educación y la preparación de los graduados para el mundo laboral.
Antes de la llegada de ChatGPT, los estudiantes ya tenían acceso a herramientas como Chegg y Course Hero, que proporcionaban respuestas a las preguntas de las tareas. ChatGPT ofreció una alternativa más rápida y capaz, acelerando la tendencia del aprendizaje asistido por IA. Los administradores escolares están luchando por establecer políticas efectivas para abordar el uso de la IA. Muchas universidades han adoptado un enfoque ad hoc, dejando a los profesores la decisión de permitir o no la IA.
Wendy, una estudiante de primer año de finanzas, describe su proceso paso a paso para usar la IA para escribir ensayos. Le proporciona a la IA instrucciones, un esquema y oraciones temáticas, y luego completa el contenido. Reconoce que la IA facilita la escritura, pero también admite que echa de menos la participación intelectual de escribir ensayos ella misma. Esto resalta las compensaciones que los estudiantes están haciendo entre la eficiencia y el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico.
Los profesores están teniendo dificultades para detectar la escritura generada por IA, incluso con el uso de detectores de IA. Los estudios han demostrado que estos detectores no siempre son precisos y que los estudiantes pueden eludirlos fácilmente. Los estudiantes pueden reescribir el texto generado por IA, agregar errores tipográficos o usar otras herramientas de IA para que su trabajo parezca más auténtico. Esta carrera armamentística entre educadores y estudiantes subraya los desafíos de mantener la integridad académica frente a la rápida evolución de la tecnología de IA.
El artículo explora las posibles consecuencias a largo plazo del uso generalizado de la IA en la educación. A los expertos les preocupa que pueda socavar las capacidades cognitivas de los estudiantes, incluyendo la memoria, la resolución de problemas y la creatividad. Los estudios han relacionado el uso de la IA con una disminución de las habilidades de pensamiento crítico. Esto plantea interrogantes sobre el futuro de la educación y las habilidades que los estudiantes necesitarán para tener éxito en el mundo laboral.
Daniel, un estudiante de informática, reflexiona sobre su experiencia con la IA. La encuentra útil para acceder a la información y pulir su trabajo, pero también se pregunta si aprendería más si dependiera menos de la IA. Reconoce las áreas grises del uso de la IA y cuestiona dónde comienza su trabajo y dónde termina el de la IA. Esto resalta los dilemas éticos que enfrentan los estudiantes a medida que integran la IA en sus procesos de aprendizaje.
El artículo concluye examinando las implicaciones más amplias de la IA en la educación. Orin Starn enfatiza la importancia del lenguaje en el desarrollo del pensamiento crítico. Michael Johnson destaca el valor de la adversidad estructurada en la construcción de la autoestima y la ética de trabajo. Sam Altman, CEO de OpenAI, ha restado importancia a las preocupaciones sobre el uso de la IA en el ámbito académico, pero también reconoce el potencial de que los usuarios pierdan su propio proceso de discriminación.
Lee, después de ser suspendido de Columbia, ha pasado a nuevas empresas. Lanzó Cluely, una herramienta impulsada por IA diseñada para proporcionar retroalimentación y respuestas en tiempo real. Espera expandir su uso a varios entornos académicos. Esto refleja una tendencia más amplia de emprendedores que capitalizan la demanda de soluciones impulsadas por IA en la educación y más allá.
El artículo analiza el auge del uso de la IA para hacer trampas en la educación superior, detallando la experiencia de un estudiante y el cambio general hacia la integración de la IA en el aprendizaje. Se destacan las preocupaciones sobre la disminución del pensamiento crítico, la insuficiencia de los métodos de detección actuales y la posibilidad de una remodelación fundamental del panorama educativo. A medida que la IA continúa evolucionando, la pregunta no es si prohibirla, sino cómo adaptarse y redefinir lo que significa aprender y tener éxito en un mundo donde la inteligencia está cada vez más aumentada.
Leave a Reply