La ex empleada de Meta, Sarah Wynn-Williams, testificó ante senadores estadounidenses el miércoles, alegando que Meta se dirigía activamente a adolescentes con anuncios basados en su estado emocional, una afirmación detallada en su libro recientemente publicado “Gente descuidada”. Este testimonio sigue a investigaciones previas del Congreso sobre el posible daño de Meta a los niños a través de Instagram.
La ex directora de Meta, Sarah Wynn-Williams, testificó ante el Senado de los Estados Unidos, alegando que Meta apuntaba activamente a adolescentes con anuncios basados en sus estados emocionales. Esta afirmación, detallada en su libro recientemente publicado “Careless People”, destaca un patrón de desprecio por el daño potencial causado por las prácticas de la empresa, particularmente en lo que respecta a sus usuarios jóvenes.
El testimonio de Wynn-Williams se centró en la práctica de Meta de identificar y explotar las vulnerabilidades emocionales de los adolescentes. Afirmó que Meta, entonces conocida como Facebook, podía identificar cuándo los adolescentes se sentían deprimidos, inútiles, indefensos o fracasados. Esta información luego se compartía con los anunciantes, lo que les permitía dirigirse a estos individuos vulnerables con ofertas de productos específicas. Como ejemplo, citó un escenario en el que una adolescente que eliminaba una selfie podría activar un anuncio de productos de belleza, capitalizando su posible inseguridad sobre su apariencia. Además, los anuncios de productos para bajar de peso se dirigían a las jóvenes que experimentaban problemas de confianza en su cuerpo.
La motivación detrás de esta práctica, según Wynn-Williams, era el reconocimiento de los adolescentes como un grupo demográfico “muy valioso” para los anunciantes. Relató una conversación con un líder empresarial que declaró explícitamente que Meta tenía el “segmento más valioso de la población” – los adolescentes – y que debería “pregonarlo desde los tejados”. Wynn-Williams, sin embargo, expresó su desacuerdo, sugiriendo que una empresa de la estatura financiera de Meta no necesitaba recurrir a tales tácticas.
El dirigirse a usuarios vulnerables no se limitaba a los adolescentes, insinuó Wynn-Williams. Un documento presentado durante la audiencia reveló discusiones internas sobre la investigación de los estados emocionales de las madres jóvenes. Esta evidencia sugiere que las prácticas de Meta se extendieron más allá de los adolescentes, explotando potencialmente las vulnerabilidades emocionales de otros grupos demográficos también.
Sumándose a la gravedad de sus afirmaciones, Wynn-Williams destacó la hipocresía que observó dentro de la empresa. Señaló que muchos ejecutivos de Silicon Valley, incluidos los de Meta, no permitían que sus propios hijos usaran los productos que desarrollaban. Cuando preguntó si los adolescentes de los ejecutivos usaban los nuevos productos, la respuesta era a menudo: “Mis adolescentes no tienen permitido estar en Facebook. No tengo a mi adolescente en Instagram”. Esto, argumentó, demostraba que estos ejecutivos eran conscientes del daño potencial que estos productos podían causar, pero continuaron desarrollándolos y promoviéndolos.
En respuesta al testimonio de Wynn-Williams, Meta emitió un comunicado negando las acusaciones, calificándolas de “alejadas de la realidad y plagadas de afirmaciones falsas”. Abordando específicamente las afirmaciones sobre el dirigirse a adolescentes, Meta declaró que está realizando cambios significativos en la experiencia de Instagram para adolescentes con nuevas Cuentas para Adolescentes. Estas cuentas brindan protecciones integradas para limitar quién se pone en contacto con ellos y el contenido que ven. Los adolescentes menores de 16 años necesitan el permiso de un padre para cambiar la configuración de la cuenta. Además, la empresa dijo que está dando a los padres más supervisión sobre el uso de Instagram por parte de sus adolescentes.
Meta también señaló una declaración de 2017 que hizo en respuesta a afirmaciones similares, afirmando que el análisis de mercado “nunca se utilizó para dirigir anuncios y se basó en datos anónimos y agregados”. Esta declaración intenta refutar las afirmaciones de Wynn-Williams sugiriendo que los datos utilizados para el análisis no se utilizaron para dirigir anuncios y fueron anonimizados.
El testimonio de Sarah Wynn-Williams reveló que Meta presuntamente dirigió anuncios a adolescentes vulnerables basándose en sus estados emocionales, explotando sentimientos de inutilidad o preocupaciones sobre la imagen corporal con fines de lucro, una práctica incluso reconocida internamente. A pesar de las negativas de Meta y sus afirmaciones de nuevas protecciones para cuentas de adolescentes, la revelación de que ejecutivos restringieron el uso de productos Meta a sus propios hijos subraya una preocupante desconexión entre las prácticas de la empresa y la conciencia del daño potencial. Se necesita urgentemente una mayor investigación sobre las implicaciones éticas de la publicidad dirigida y la protección de la salud mental de los adolescentes.
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