La Unión Europea ha introducido nuevas regulaciones sobre etiquetado energético y ecodiseño para teléfonos inteligentes, teléfonos básicos, teléfonos inalámbricos y tabletas. Estas medidas, que entrarán en vigor a partir de junio de 2025, tienen como objetivo reducir el impacto ambiental de estos dispositivos promoviendo una mayor vida útil, una mejor reparabilidad y una mayor eficiencia energética, en consonancia con los objetivos más amplios del Pacto Verde Europeo.
A partir de junio de 2025, la Unión Europea implementará nuevas regulaciones sobre etiquetado energético y ecodiseño para teléfonos inteligentes, teléfonos básicos, teléfonos inalámbricos y tabletas tipo pizarra. Estas regulaciones, derivadas del Pacto Verde Europeo, tienen como objetivo reducir el impacto ambiental de estos dispositivos y promover el consumo sostenible dentro de la UE.
Específicamente, los requisitos de Ecodiseño se aplicarán a los teléfonos inteligentes, teléfonos básicos, teléfonos inalámbricos y tabletas tipo pizarra comercializados en el mercado de la UE a partir del 20 de junio de 2025. Los requisitos de etiquetado energético también entrarán en vigor en la misma fecha, pero solo para teléfonos inteligentes y tabletas tipo pizarra. Es importante señalar que estas reglas no se extienden a las tabletas informáticas, los dispositivos de pantalla flexible (enrollables) ni a los teléfonos inteligentes diseñados para comunicaciones de alta seguridad.
El enfoque principal de estas regulaciones reside en extender la vida útil de los productos a través de una mayor reparabilidad, capacidad de actualización y duración de la batería. Por ejemplo, se espera que la vida útil promedio de un teléfono inteligente de gama media aumente de 3,0 a 4,1 años. Esta extensión, aunque beneficiosa para el medio ambiente, se proyecta que disminuya las ventas anuales, asumiendo un nivel de stock constante.
Los teléfonos inalámbricos, que utilizan redes de telecomunicaciones terrestres, también se verán afectados. Estos dispositivos constan de una estación base, que se conecta a la línea telefónica, y uno o más terminales inalámbricos. La estación base, que a menudo incorpora una base de carga, está conectada continuamente a la fuente de alimentación de la red eléctrica a través de un adaptador de corriente externo.
Los teléfonos inteligentes y los teléfonos básicos, por otro lado, dependen de redes basadas en celulares o satélites. Los teléfonos básicos, que representan la primera generación de teléfonos móviles, carecen de servicios de Internet y capacidades de instalación de aplicaciones de terceros. Los teléfonos inteligentes, por el contrario, cuentan con pantallas táctiles integradas que suelen oscilar entre 4 y 7 pulgadas de tamaño.
Las tabletas tipo pizarra, caracterizadas por tamaños de pantalla que oscilan entre 7 y 17,4 pulgadas, también están incluidas en estas regulaciones. A diferencia de las tabletas informáticas, carecen de teclados físicamente conectados y funcionan con sistemas operativos similares a los de los teléfonos inteligentes (por ejemplo, iOS, Android). Esta distinción es importante, ya que las tabletas informáticas, que a menudo utilizan sistemas operativos similares a los de las computadoras de escritorio o portátiles (por ejemplo, Windows) y pueden tener teclados desmontables, se categorizan de manera diferente.
Los requisitos de Ecodiseño abarcan varios aspectos clave. Estos incluyen una mayor resistencia a caídas accidentales, arañazos, polvo y agua. Además, las regulaciones exigen baterías duraderas capaces de soportar al menos 800 ciclos de carga y descarga, conservando al menos el 80% de su capacidad inicial.
Además, las regulaciones abordan el desmontaje y la reparación, obligando a los productores a proporcionar piezas de repuesto críticas en un plazo de 5 a 10 días hábiles y durante un período de 7 años después del cese de la venta de un modelo de producto en particular en el mercado de la UE. La disponibilidad de actualizaciones del sistema operativo durante un mínimo de 5 años después de que la última unidad de un modelo de producto se haya comercializado también es un requisito clave. Finalmente, las regulaciones garantizan el acceso no discriminatorio para los reparadores profesionales a cualquier software o firmware necesario.
Los requisitos de Etiquetado Energético, también vigentes a partir del 20 de junio de 2025, exigirán que los teléfonos inteligentes y las tabletas muestren información sobre su eficiencia energética, duración de la batería, protección contra el polvo y el agua, y resistencia a caídas accidentales. Cabe destacar que esta es la primera vez que un producto comercializado en la UE deberá mostrar una puntuación de reparabilidad. Esta etiqueta tiene como objetivo capacitar a los consumidores de la UE para que tomen decisiones de compra más informadas y sostenibles, promoviendo así el consumo sostenible.
La etiqueta energética proporcionará información sobre varios aspectos clave. Estos incluyen la clase de eficiencia energética (que va de A a G), la duración de la batería por ciclo (en horas y minutos por carga completa), la clase de fiabilidad de caída libre repetida, la duración de la batería en ciclos, la clase de reparabilidad y la clasificación de Protección de Ingreso (IP).
Se prevé que las regulaciones generen importantes beneficios ambientales. Para 2030, se espera que los teléfonos móviles y las tabletas producidos bajo estas reglas ahorren casi 14 teravatios-hora (TWh) de energía primaria anualmente, lo que representa un tercio del consumo actual de energía primaria de estos productos. Además, las nuevas reglas contribuirán a optimizar el uso y el reciclaje de materias primas críticas.
Se prevé que las regulaciones de Ecodiseño y Etiquetado Energético ahorren 2,2 TWh de electricidad en 2030, un ahorro del 31% en comparación con un escenario sin medidas. Estos ahorros representan el 0,09% del consumo total de electricidad de la UE27 en 2020. El esquema de Etiquetado Energético de 2023 promueve el uso de teléfonos inteligentes y tabletas que pueden funcionar durante más tiempo con una batería completamente cargada, por unidad de capacidad de la batería. En 2030, esto ahorra 1,1 TWh (21%) de electricidad en comparación con un escenario sin medidas. Otros 1,1 TWh de ahorro de electricidad se derivan de los requisitos de potencia máxima en espera (en red) para las estaciones base y las bases de carga de los teléfonos inalámbricos.
Los ahorros en gastos para el usuario en 2030 son de 20.000 millones de euros (-24% en comparación con BAU 2030) y se derivan casi en su totalidad de los menores costos de adquisición debido a la caída de las ventas. Los ahorros en costos de energía de 0,6 mil millones de euros y los costos adicionales de reparación y mantenimiento de 0,8 mil millones de euros son pequeños en comparación.
Los proveedores tienen obligaciones específicas en virtud de estas regulaciones. Deben proporcionar una etiqueta impresa con cada teléfono inteligente o tableta tipo pizarra, ingresar los datos de la ficha de información del producto en la parte pública de la base de datos de productos y poner la ficha de información del producto a disposición en forma impresa si el distribuidor lo solicita. También deben ingresar el contenido de la documentación técnica en la base de datos de productos, incluir la clase de eficiencia energética y el rango de clases en anuncios visuales y materiales promocionales técnicos, y proporcionar una etiqueta electrónica y una ficha de información del producto a los distribuidores.
Los distribuidores también tienen responsabilidades. Deben mostrar la etiqueta cerca del producto en el punto de venta, incluso en ferias comerciales. En el caso de la venta a distancia, deben proporcionar la etiqueta y la ficha de información del producto. Además, deben incluir la clase de eficiencia energética y el rango de clases en anuncios visuales y materiales promocionales técnicos.
Las regulaciones, específicamente el Reglamento (UE) 2023/1670 y el Reglamento Delegado (UE) 2023/1669, forman parte de un esfuerzo más amplio para reducir el impacto ambiental de los dispositivos electrónicos. Son una parte integral del Pacto Verde Europeo, con el objetivo de fomentar el consumo sostenible y capacitar a los consumidores para que tomen decisiones de compra informadas.
A partir de junio de 2025, las nuevas regulaciones de la UE para teléfonos inteligentes, teléfonos básicos, inalámbricos y tabletas se centrarán en extender la vida útil de los productos a través de una mejor reparabilidad, duración de la batería y actualizaciones de software. Estas medidas, junto con el etiquetado energético, buscan ahorrar energía y reducir costos para los consumidores, aunque podrían disminuir las ventas anuales. Proveedores y distribuidores tendrán obligaciones específicas de etiquetado e información, contribuyendo a un mercado electrónico más sostenible. En definitiva, estas regulaciones representan un cambio hacia una economía circular, promoviendo dispositivos más duraderos y reduciendo el impacto ambiental, un paso crucial hacia un futuro más verde para la electrónica de consumo.
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