El futuro de los teléfonos inteligentes, los vehículos eléctricos y el equipamiento militar depende de 17 minerales de tierras raras y los imanes que crean. China actualmente domina el refinado y la producción de estos minerales, y los nuevos controles de exportación están amenazando a la industria automotriz estadounidense, lo que suscita preocupación por una nueva guerra fría sobre estos recursos críticos.
El futuro de numerosas tecnologías, desde teléfonos inteligentes hasta equipos militares y vehículos eléctricos, está intrincadamente ligado a la disponibilidad de 17 minerales de tierras raras y los imanes que se utilizan para crear. Sin embargo, China, el refinador y productor dominante mundial de estos materiales, está reforzando su control, lo que genera preocupación para Estados Unidos y sus industrias, particularmente el sector automotriz.
Se está gestando una nueva “guerra fría” sobre los minerales de tierras raras, ya que China ha implementado nuevos controles de exportación, lo que podría interrumpir la transición a los vehículos eléctricos. Esta situación se deriva del dominio estratégico de China en el mercado de tierras raras, logrado en las últimas tres décadas a través del control metódico de los procesos de minería y refinación.
La influencia de China es más evidente a raíz de las políticas comerciales de Estados Unidos, específicamente los aranceles a las importaciones chinas. En respuesta, China ha implementado sus propios aranceles y controles de exportación, revisando notablemente sus reglas de exportación para las tierras raras. Estos cambios requieren licencias especiales para la exportación de elementos específicos de tierras raras como el neodimio, el disprosio y el terbio, así como imanes de tierras raras, que son esenciales para numerosas tecnologías.
La industria automotriz es particularmente vulnerable, ya que los imanes de tierras raras son componentes críticos en los motores de vehículos híbridos y eléctricos, convertidores catalíticos, sistemas de conducción avanzados y otros sistemas de vehículos. El impacto de estas restricciones a la exportación ya se está sintiendo, con empresas como Tesla, GM y Ford reportando escasez de suministro y aumento de precios.
La respuesta del gobierno de Estados Unidos ha incluido conversaciones con China, lo que podría facilitar el acceso a los permisos de tierras raras. Sin embargo, las implicaciones a largo plazo son significativas, ya que la cadena de suministro depende en gran medida de China.
El artículo destaca la no escasez de minerales de tierras raras, que se encuentran en bajas concentraciones a nivel mundial. El desafío radica en el proceso de refinación complejo y costoso, y China actualmente alberga la mayor parte de la infraestructura necesaria.
El disprosio, esencial para la creación de imanes resistentes al calor utilizados en motores de vehículos eléctricos y reactores nucleares, es particularmente crucial. El control sobre la producción de imanes impacta directamente en el rendimiento, la autonomía y la funcionalidad general del vehículo.
La dependencia de la industria automotriz estadounidense de China se ve acentuada por el hecho de que GM vendió su último fabricante de imanes de tierras raras en Estados Unidos a mediados de la década de 1990. El impacto ambiental de la refinación y la producción de imanes en las naciones occidentales también ha contribuido a la dependencia de China.
Los fabricantes de automóviles están comenzando a expresar sus preocupaciones, con Rivian y Ford reconociendo los desafíos que plantean las restricciones a la exportación de China. Elon Musk de Tesla también ha destacado el impacto en la producción de su robot Optimus, enfatizando la necesidad de acceso a los imanes de tierras raras.
El artículo explora posibles soluciones y desafíos. Si bien los aranceles se promocionan como una forma de reubicar los empleos de fabricación, están creando un lastre negativo en la economía global y estadounidense. Empresas como GM están desarrollando químicas de imanes alternativas utilizando nitruro de hierro.
La asociación de GM con MP Materials está comenzando a dar resultados, con una instalación en Texas que comenzará la producción en masa de imanes de grado automotriz. Sin embargo, el proceso de refinación sigue siendo un desafío, ya que MP Materials está trabajando para aumentar el procesamiento en California.
Un obstáculo importante es la falta de ingenieros y científicos calificados en Estados Unidos con experiencia en ciencia de materiales, tierras raras e ingeniería magnética. Estados Unidos también se enfrenta a un declive de la ciencia de campos magnéticos altos.
Las implicaciones geopolíticas del control de China son sustanciales. China ha designado las tierras raras y los imanes como de “doble uso”, lo que exige que los exportadores revelen los datos del usuario final. Esta divulgación podría comprometer información confidencial sobre la tecnología militar estadounidense.
El Departamento de Defensa y el Departamento de Comercio de Estados Unidos han identificado las tierras raras y los imanes como una preocupación de seguridad nacional. Estados Unidos y Ucrania han firmado un acuerdo para la futura minería de minerales críticos, incluidas las tierras raras, para reducir la dependencia de China.
El artículo establece un paralelismo con la disputa China-Japón de 2010, que provocó un pánico global y aumentos de precios. Sin embargo, la situación actual es más crítica debido al aumento de la demanda mundial, una mayor dependencia de Estados Unidos de China y la falta de infraestructura y mano de obra para reemplazar el suministro chino.
Las inversiones y los sacrificios ambientales necesarios para afianzar estos procesos son sustanciales. Estados Unidos podría producir y refinar su propio disprosio con una inversión significativa, pero requeriría permisos rápidos, regulaciones ambientales relajadas y apoyo público.
Incluso con estos esfuerzos, podría tomar de siete a diez años establecer una nueva mina. Estados Unidos tampoco tiene el equipo para convertir las tierras raras en imanes de tierras raras, que se fabrican en gran medida en China.
El artículo concluye con opiniones de expertos, sugiriendo que la industria automotriz puede enfrentar desafíos importantes, lo que podría conducir a un cambio hacia los vehículos de combustión interna a corto plazo. Occidente necesita priorizar este tema y tratarlo como un imperativo de defensa nacional, lo que requiere una acción audaz y decisiva.
El artículo describe una crisis inminente debido al control de China sobre las exportaciones de minerales de tierras raras y imanes, cruciales para industrias como vehículos eléctricos y defensa, lo que amenaza a los fabricantes de automóviles estadounidenses y podría interrumpir la transición a los VE. Aunque se están realizando esfuerzos para diversificar las cadenas de suministro y desarrollar materiales alternativos, se requiere una inversión significativa, desarrollo de infraestructura y capacitación laboral para superar el desafío, exigiendo un esfuerzo concertado y prioritario, similar a la carrera espacial, para asegurar un futuro sostenible.
Leave a Reply