El Presidente Donald Trump firmó recientemente una orden ejecutiva destinada a integrar la inteligencia artificial (IA) en las escuelas de primaria y secundaria (K-12) en los Estados Unidos. Impulsada por la preocupación de que los estudiantes estadounidenses se estén quedando atrás de otras naciones en el avance tecnológico, particularmente China, la orden instruye a las agencias federales a priorizar las becas, la investigación y las oportunidades educativas relacionadas con la IA, buscando construir una fuerza laboral equipada para utilizar y avanzar en esta tecnología de rápido crecimiento.
El presidente Trump firmó una orden ejecutiva el 23 de abril de 2024, con el objetivo principal de integrar la inteligencia artificial (IA) en las escuelas K-12 de los Estados Unidos. Esta iniciativa tiene como objetivo equipar a la futura fuerza laboral con las habilidades y conocimientos necesarios para navegar y avanzar en un mundo impulsado por la tecnología. La orden refleja una preocupación bipartidista con respecto a la necesidad de incorporar la IA en la educación para evitar que los estudiantes estadounidenses se queden atrás de otras naciones, particularmente China, en los avances tecnológicos.
La orden ejecutiva instruye a varios departamentos federales a tomar medidas específicas. Por ejemplo, instruye a los Departamentos de Educación y Trabajo de EE. UU. a crear oportunidades para que los estudiantes de secundaria tomen cursos de IA y programas de certificación. Además, la orden exige que estos departamentos trabajen con los estados para promover la educación en IA. Este énfasis en la colaboración destaca la estrategia de la administración para fomentar un esfuerzo nacional en la educación en IA.
Además del desarrollo curricular, la orden también se centra en la financiación y la investigación. El Departamento de Educación debe priorizar la aplicación de la IA en los programas de subvenciones discrecionales para la formación de profesores. La Fundación Nacional de Ciencias debe priorizar la investigación sobre el uso de la IA en la educación. El Departamento de Trabajo tiene la tarea de expandir las prácticas relacionadas con la IA, incentivando financieramente estos programas para fomentar la participación. Este enfoque multifacético demuestra un compromiso de apoyar la educación en IA a través de varios canales, incluida la preparación de profesores, la investigación y la formación práctica.
Para facilitar aún más la implementación de esta iniciativa, la orden ejecutiva establece un Grupo de Trabajo de la Casa Blanca sobre Educación en IA. Este grupo de trabajo, compuesto por figuras clave como la Secretaria de Educación Linda McMahon, la Secretaria de Trabajo Lori Chavez-DeRemer, y presidido por Michael Kratsios, director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca, desempeñará un papel crucial en la orientación del proyecto. El grupo de trabajo desarrollará un “Desafío Presidencial de IA” para destacar y fomentar el uso de la IA en el aula. Además, será responsable de establecer asociaciones público-privadas para proporcionar recursos para la educación en IA en las escuelas K-12.
La orden ejecutiva también aborda el contexto más amplio de la IA y sus implicaciones. Trump enfatizó la importante inversión en IA, afirmando que “literalmente billones de dólares” se están invirtiendo en la tecnología. Citó a una “persona muy inteligente” que dijo que la IA es el camino hacia el futuro. Esta declaración subraya la importancia percibida de la IA y la necesidad de que Estados Unidos mantenga una ventaja competitiva en este campo en rápida evolución.
La orden no está exenta de críticas y complejidades. Si bien existe un acuerdo bipartidista sobre la necesidad de adoptar la IA en las escuelas, existen desacuerdos con respecto al papel de las regulaciones federales. Un resumen republicano de una audiencia del comité de abril sobre la IA en la educación concluyó que “la IA probablemente revolucionará la forma en que aprenden los estudiantes, pero el gobierno federal no necesita involucrarse”. Esto destaca un posible punto de contención en la implementación de la orden.
La orden ejecutiva es parte de un conjunto más amplio de directivas relacionadas con la educación firmadas por Trump el 23 de abril. Estas incluyen órdenes dirigidas a la “ideología woke” en la acreditación universitaria, el refuerzo de las leyes que exigen la divulgación de obsequios extranjeros por parte de colegios y universidades, y la creación de una nueva iniciativa de la Casa Blanca para apoyar a las Universidades e Instituciones Históricamente Negras (HBCU). Esto indica un enfoque integral de la reforma educativa, que abarca varios aspectos, desde K-12 hasta la educación superior.
La orden también llega en un momento de importantes cambios políticos y burocráticos. Trump había firmado previamente una orden que rescindía las regulaciones para la expansión de la IA adoptadas por el expresidente Joe Biden. Además, firmó una orden que buscaba desmantelar el Departamento de Educación, aunque la agencia aún existe, aunque con una plantilla reducida. Una coalición de estados demandó a la administración Trump, alegando que los despidos masivos en el Departamento de Educación eran ilegales, con una audiencia judicial programada para considerar una orden judicial preliminar. Estos eventos destacan el dinámico panorama político y los debates en curso en torno a la política educativa.
El Presidente Trump firmó una orden ejecutiva priorizando la integración de la IA en la educación K-12 mediante subvenciones, investigación, aprendizajes y un nuevo grupo de trabajo de la Casa Blanca, impulsado por la preocupación bipartidista de quedar rezagados en el desarrollo de la IA. Si bien existe acuerdo sobre la necesidad de alfabetización en IA, persisten debates sobre el alcance de la regulación federal. En medio de este impulso, eventos recientes resaltan los desafíos de navegar este cambio tecnológico, subrayando la necesidad de una implementación reflexiva y un diálogo continuo.
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