Trump y la IA en Oriente Medio: Acuerdos Redefinen la Tecnología Global

Recientemente, Donald Trump visitó Oriente Medio, acompañado por multimillonarios de la tecnología y asegurando importantes acuerdos comerciales destinados a remodelar el panorama global de la IA. Estos acuerdos, que involucran asociaciones entre empresas estadounidenses y naciones como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, prometen inversiones sustanciales en infraestructura de IA y poder de cómputo, al tiempo que plantean complejas consideraciones geopolíticas en medio de una creciente rivalidad con China.

El reciente viaje de Donald Trump a Oriente Medio, acompañado por figuras de la industria tecnológica, resultó en acuerdos significativos destinados a remodelar el panorama global de la inteligencia artificial. El enfoque principal de estos acuerdos fue establecer una infraestructura de IA sustancial en los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, con el potencial de alterar el equilibrio de poder en el sector tecnológico.

Específicamente, en Abu Dhabi, Trump anunció asociaciones entre empresas estadounidenses no identificadas y los EAU para construir el mayor grupo de centros de datos de IA fuera de Estados Unidos. Esta iniciativa, encabezada por G42, una empresa emiratí, implicará la construcción de cinco gigavatios de capacidad de computación de IA. El jeque Tahnoon bin Zayed Al Nahyan, que lidera los esfuerzos de IA de los EAU con un fondo de 1,5 billones de dólares, enfatizó el objetivo de posicionar a los EAU como un centro de investigación de IA y desarrollo sostenible.

De manera similar, en Riad, Arabia Saudita presentó Humain, una firma de inversión en IA respaldada por el Fondo de Inversión Pública del reino. Humain aseguró inmediatamente importantes acuerdos con gigantes tecnológicos estadounidenses prominentes como Nvidia, AMD, Qualcomm y AWS, todos cruciales para construir la infraestructura necesaria para el desarrollo avanzado de IA. Trump destacó que estos acuerdos entre Estados Unidos y Arabia Saudita ascenderían a cientos de miles de millones de dólares, con un enfoque en infraestructura, tecnología y defensa.

Estos acuerdos están diseñados para impulsar la influencia global de la tecnología y la IA estadounidenses, al tiempo que permiten a Arabia Saudita y los EAU convertirse en actores importantes en el desarrollo y la distribución de tecnología de vanguardia. Paul Triolo, del DGA-Albright Stonebridge Group, señala la importancia del acceso a GPU avanzadas, enfatizando que estas asociaciones ayudarán a los saudíes y a los EAU a expandir sus capacidades de infraestructura de IA.

Un componente clave de estas asociaciones involucra a Nvidia, el actor dominante en el mercado de hardware de entrenamiento de IA. El acuerdo con Arabia Saudita proporcionará 500 megavatios de capacidad e involucrará “varios cientos de miles de las GPU más avanzadas de Nvidia en los próximos cinco años”, según la declaración de la compañía. Esto podría traducirse potencialmente en aproximadamente 250.000 chips Nvidia avanzados, mejorando significativamente la capacidad de Arabia Saudita para desarrollar modelos de IA de vanguardia.

Además, AWS y Humain se han comprometido a una inversión conjunta de 5.000 millones de dólares en infraestructura dentro de Arabia Saudita. AWS planea construir una zona de infraestructura de IA en el país, invirtiendo más de 5.300 millones de dólares. Además, Humain y AMD invertirán 10.000 millones de dólares en infraestructura de IA en Arabia Saudita y Estados Unidos durante los próximos cinco años.

La importancia estratégica de estos acuerdos se amplifica por los recursos financieros de Arabia Saudita y los EAU, su acceso a abundante energía y su deseo de hacer la transición hacia economías de alta tecnología. Sin embargo, los lazos comerciales existentes de los países con China introducen una capa de complejidad, colocándolos en el centro de una creciente rivalidad geopolítica sobre el futuro de la IA.

Antes de la visita de Trump, su administración revocó una decisión de la era Biden que habría limitado la venta global de chips avanzados. Esta revocación, que eliminó las restricciones a la venta de chips a países como Arabia Saudita y los EAU, fue justificada por la Oficina de Industria y Seguridad de EE. UU. como una medida para evitar sofocar la innovación estadounidense y dañar las relaciones diplomáticas. La directiva también incluía advertencias contra el uso de chips de IA de Huawei y pedía medidas para evitar que los chips estadounidenses llegaran a China, aunque sin especificar consecuencias por incumplimiento.

Según los expertos, los acuerdos de Trump tienen la intención de fomentar una mayor alineación con Estados Unidos. Triolo sugiere que Estados Unidos está esencialmente haciendo una oferta que estas naciones no pueden rechazar. Los acuerdos podrían fortalecer el dólar estadounidense al fomentar los lazos financieros, asegurar los recursos energéticos y minerales y asegurar que más de la IA utilizada a nivel mundial se desarrolle en Estados Unidos.

Robert Tager, de la Iniciativa de Gobernanza de IA de Oxford Martin, considera estos acuerdos como parte de un esfuerzo más amplio para fortalecer la influencia tecnológica estadounidense, particularmente en relación con China. Estados Unidos pretende ser central en la pila tecnológica global y desconfía de un escenario en el que los modelos de IA chinos dominen el ecosistema.

Tanto Arabia Saudita como los EAU han estado invirtiendo activamente en investigación y desarrollo de IA. Los EAU han reclutado a destacados investigadores de IA, como Eric Xing, para dirigir instituciones académicas, y han desarrollado modelos de IA avanzados en idioma árabe. Arabia Saudita también ha reclutado a pioneros de la IA, como Jürgen Schmidhuber, para dirigir sus iniciativas de IA.

Si bien la investigación de IA producida en estos países ha sido relativamente modesta en comparación con Estados Unidos y China, el acceso a una capacidad de computación de IA sustancial podría acelerar su progreso. Tager cree que la afluencia de chips Nvidia a Arabia Saudita cambiará significativamente el equilibrio del poder de computación a nivel mundial. Georgia Adamson, del Centro Wadhwani AI del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, enfatiza las capacidades de próxima generación de los chips que se están adquiriendo.

Las tensiones entre Estados Unidos y China complican estos acuerdos, ya que Arabia Saudita y los EAU tienen lazos más estrechos con China que algunos de los aliados más cercanos de Estados Unidos, incluido el uso de equipos Huawei para la infraestructura de telecomunicaciones. Los EAU han tomado medidas para abordar las preocupaciones de Estados Unidos, como la decisión de G42 de eliminar equipos chinos de sus instalaciones y su inversión en la infraestructura de Microsoft. Los EAU también son un patrocinador clave del proyecto Stargate de OpenAI, que tiene como objetivo construir infraestructura de IA en Estados Unidos.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China añade aún más complejidad al desarrollo de hardware e infraestructura de IA, ya que los altos aranceles y las restricciones a la exportación podrían aumentar los costos del proyecto. Adamson destaca dos riesgos principales para Estados Unidos: la posibilidad de que los chips sean contrabandeados a China o que las empresas chinas obtengan acceso a grandes grupos de computadoras, y la posibilidad de que estos países se conviertan en rivales tecnológicos.

Por ahora, las naciones ricas en petróleo están demostrando ser beneficiosas para los jugadores estadounidenses más pequeños en la carrera de la IA. La inversión de Arabia Saudita en Groq, una empresa estadounidense especializada en chips de inferencia de IA, y la financiación de G42 de un centro de datos en Estados Unidos con chips de Cerebras, otra empresa estadounidense, son ejemplos de esto.

Una fuente familiarizada con los tratos gubernamentales relacionados con la IA sugiere que estos acuerdos señalan la aspiración de Arabia Saudita de convertirse en un actor global de IA. El país está digitalizando activamente su economía, invirtiendo en talento y viendo la IA como un sector estratégico para diversificar su economía más allá del petróleo.

Impulsados por la riqueza petrolera y la diversificación económica, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos invierten aceleradamente en infraestructura de IA, mediante alianzas con gigantes tecnológicos estadounidenses, facilitadas por un cambio reciente en la política estadounidense. Si bien estos acuerdos refuerzan el dominio estadounidense en silicio e IA y potencialmente fortalecen el dólar, también presentan complejidades geopolíticas, especialmente en relación con China y el riesgo de competencia tecnológica futura. El panorama cambiante de la IA exige una navegación cuidadosa para asegurar que estas alianzas sirvan a los intereses estratégicos a largo plazo y prevengan la aparición de ecosistemas de IA rivales.

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