He publicado un nuevo artículo, “El enfoque de ‘Segregar y Suprimir’ para regular la seguridad infantil en línea”. El artículo detalla mis extensas y multidimensionales críticas a las leyes obligatorias de autenticación de edad en línea, que considero una de las mayores amenazas a un Internet libre y funcional en la actualidad.
El autor se opone vehementemente a los mandatos obligatorios de verificación de edad en línea, considerándolos una amenaza significativa para una internet libre y funcional. Ha escrito un documento, “El enfoque de ‘Segregar y Suprimir’ para regular la seguridad infantil en línea”, que detalla sus críticas, las cuales considera uno de los mayores peligros para internet hoy en día. Esta oposición surge de una profunda preocupación por el potencial de que estos mandatos sean utilizados por gobiernos autoritarios para reprimir la disidencia y controlar la libertad de expresión en internet.
El autor reconoce la existencia de otras amenazas apremiantes, como las acciones de la administración Trump, pero enfatiza que la verificación de edad obligatoria exacerbaría estos peligros. Insta a los lectores a considerar cómo tales mandatos podrían empoderar a los regímenes autoritarios, proporcionándoles herramientas adicionales para atacar y silenciar a los críticos. El autor cree que dar a las figuras autoritarias más control sobre la libertad de expresión en internet, ya sea por medios legales o técnicos, es una propuesta peligrosa.
La historia de la autenticación obligatoria de edad en línea se remonta a la Ley de Decencia en las Comunicaciones (CDA) de 1996, que implícitamente requería la verificación de edad para casi todos los sitios web. La Corte Suprema anuló la CDA en 1997 en *Reno v. ACLU*. Tras el fracaso de la Ley de Protección Infantil en Línea (COPA), la política se desvaneció en gran medida durante más de una década. Sin embargo, el autor señala que la pandemia de COVID-19 y el consiguiente aumento del uso de internet por parte de menores han llevado a un resurgimiento del interés en los mandatos de autenticación de edad.
El autor destaca la proliferación de estos mandatos, citando la existencia de docenas de leyes de este tipo en los Estados Unidos. También menciona la dificultad para rastrear estas leyes debido a sus diversas estructuras y definiciones. El autor cree que cualquier ley que requiera la autenticación de edad en línea es inconstitucional, basándose en los precedentes establecidos por la CDA y la COPA. Señala que las legislaturas a menudo ignoran esta cuestión constitucional, como lo ejemplifica la ley de Texas, que era muy similar a la CDA.
El autor decidió centrar su documento en los problemas de política asociados con estos mandatos, en lugar de en las cuestiones constitucionales. Este enfoque asegura que el documento siga siendo relevante independientemente de la decisión de la Corte Suprema en *Free Speech Coalition v. Paxton*. La oposición del autor es inquebrantable, como explica en su documento de 63 páginas. Rechaza todas las formas de mandatos de autenticación de edad en línea, independientemente de cómo se presenten o de las promesas que hagan los proveedores.
El autor cita a la Electronic Frontier Foundation (EFF) para apoyar su argumento, destacando los peligros inherentes a varios métodos de autenticación. La EFF afirma que estos métodos no se encuentran en un espectro de “más seguro” y “menos seguro”, sino en un espectro de “peligroso de una manera” a “peligroso de una manera diferente”. El autor cree que este hecho es ampliamente ignorado por los responsables políticos.
El autor expresa su desconcierto ante la creencia generalizada de que la autenticación obligatoria de edad en línea es una herramienta legítima para la seguridad infantil. Se pregunta si los defensores entienden las consecuencias, sugiriendo que su ignorancia debería descalificarlos para trabajar en la política de seguridad infantil. Alternativamente, el autor sugiere que los defensores pueden ser conscientes de las consecuencias negativas, pero están utilizando “a los niños” como una forma de evitar el escrutinio crítico. El documento condena ambas categorías de defensores.
El autor concluye su publicación con un llamamiento especial a los defensores de la privacidad. Está desconcertado por la respuesta de la comunidad de privacidad a estos mandatos, señalando que muchos defensores permanecen impasibles o incluso apoyan estas leyes. El autor cree que los mandatos de autenticación de edad plantean una de las mayores amenazas a la privacidad del consumidor. Argumenta que si se pierde la batalla contra estos mandatos, eclipsará cualquier otra victoria en la política de privacidad. El autor insta a los defensores de la privacidad a resistir activamente estos mandatos, enfatizando que es una lucha crucial para el futuro de la privacidad en línea.
El autor se opone rotundamente a la verificación obligatoria de edad en línea, considerándola inconstitucional, problemática y una herramienta peligrosa para el control autoritario. Critica tanto a los defensores ignorantes de las consecuencias como a aquellos que explotan la seguridad infantil con fines políticos, instando a los defensores de la privacidad a resistir estas medidas como una amenaza crucial a la libertad en línea.
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