A medida que se avecinan los nuevos aranceles del presidente Trump, la Casa Blanca sugiere que empresas como Apple podrían trasladar su fabricación de vuelta a Estados Unidos. Sin embargo, esta afirmación enfrenta desafíos significativos, ya que analistas y los propios ejecutivos de Apple han declarado repetidamente que Estados Unidos carece de la fuerza laboral calificada y la infraestructura de herramientas especializadas necesarias para apoyar tal cambio, particularmente para productos complejos como los iPhones.
La Casa Blanca, a través de la secretaria de prensa Karoline Leavitt, afirma que la fabricación de iPhones podría trasladarse de manera realista a Estados Unidos, una afirmación hecha mientras se avecinan los aranceles más altos del presidente Trump. Leavitt reforzó esta afirmación haciendo referencia al plan de inversión de 500 mil millones de dólares en Estados Unidos recientemente anunciado por Apple, sugiriendo que este importante compromiso financiero indica la creencia de Apple en la viabilidad de la fabricación nacional. Específicamente, declaró que “si Apple no creyera que Estados Unidos podría hacerlo, probablemente no habría puesto esa gran cantidad de dinero”.
Sin embargo, esta perspectiva optimista enfrenta desafíos y contraargumentos significativos. Un analista considera que la inversión planificada de Apple está simplemente “en línea con lo que uno podría esperar que la compañía gastara de todos modos”, lo que sugiere que podría no ser un indicador directo de un cambio hacia la fabricación nacional a gran escala. Más importante aún, tanto Steve Jobs como Tim Cook, figuras clave en la historia y las operaciones de Apple, han declarado consistentemente durante más de una década que la fabricación de iPhones en Estados Unidos no es actualmente posible.
Tras los comentarios del secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, sobre los aranceles que podrían traer “al ejército de millones y millones de seres humanos atornillando pequeños tornillos para fabricar iPhones” a Estados Unidos, la reportera del New York Times, Maggie Haberman, cuestionó directamente a Leavitt sobre si Trump creía que la fabricación de iPhones era una tecnología que podría reubicarse a nivel nacional. Leavitt respondió inequívocamente, afirmando: “Absolutamente. Él cree que tenemos la mano de obra, tenemos la fuerza laboral, tenemos los recursos para hacerlo”.
Los relatos históricos y las declaraciones directas de los líderes de Apple contradicen esta evaluación de las capacidades de Estados Unidos. La biografía de Walter Isaacson sobre Steve Jobs detalla reuniones en 2010 y 2011 donde Jobs explicó el obstáculo fundamental para la fabricación en Estados Unidos. Destacó que Apple empleaba a 700.000 trabajadores de fábrica en China, lo que requería una fuerza de apoyo de 30.000 ingenieros en el sitio. Jobs declaró explícitamente: “No puedes encontrar tantos en Estados Unidos para contratar”, lo que indica una importante escasez del talento de ingeniería especializado necesario para apoyar una operación de fabricación tan masiva.
Tim Cook se ha hecho eco de estas preocupaciones, proporcionando más detalles sobre las habilidades e infraestructura específicas que faltan en Estados Unidos en comparación con China. Hablando en el evento Global Forum de la revista Fortune en 2017, Cook aclaró que la ventaja de China ya no se trata únicamente de los bajos costos laborales. Enfatizó que la razón principal para la fabricación en China es “debido a la habilidad y la cantidad de habilidad en un solo lugar, y el tipo de habilidad”. Cook señaló la necesidad de “herramientas realmente avanzadas y la precisión que hay que tener en las herramientas y trabajar con los materiales que hacemos son de última generación, y la habilidad de las herramientas es muy profunda aquí”. Ilustró claramente la disparidad al decir: “Sabes, en Estados Unidos, podrías tener una reunión de ingenieros de herramientas, y no estoy seguro de que pudiéramos llenar la sala; en China podrías llenar múltiples campos de fútbol”. Esto destaca una profunda brecha en la fuerza laboral especializada y la infraestructura requerida para procesos de fabricación avanzados como los que se utilizan para los iPhones.
La Casa Blanca, haciéndose eco de la creencia de Trump, sugiere que los iPhones podrían fabricarse en EE. UU. debido al plan de inversión de Apple de $500 mil millones. Sin embargo, los analistas lo disputan, señalando que la inversión de Apple es habitual y que tanto Steve Jobs como Tim Cook han afirmado repetidamente durante años que EE. UU. carece de la mano de obra cualificada y la experiencia en herramientas necesarias – específicamente, los 30.000 ingenieros y las habilidades profundas en herramientas actualmente concentradas en China – para apoyar una operación de fabricación tan compleja. Quizás se necesite un examen más profundo del desarrollo de la fuerza laboral y la infraestructura de fabricación avanzada antes de confiar en proyecciones optimistas.
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