La “absurda” misión de IA que automatiza todo genera controversia

Una nueva empresa de Silicon Valley llamada Mechanize, fundada por el investigador de IA Tamay Besiroglu, ha generado controversia con su ambiciosa misión: la automatización completa de todo el trabajo y la economía. El lanzamiento de la empresa ha sido recibido con críticas, no solo por sus objetivos potencialmente disruptivos, sino también por la preocupación de que pueda comprometer la reputación del respetado instituto de investigación de IA de Besiroglu, Epoch.

Mechanize, una startup recién lanzada en Silicon Valley, ha encendido una tormenta de controversia debido a su ambiciosa y, posiblemente, audaz misión: la automatización completa de todo el trabajo y la economía. Este audaz objetivo, encabezado por el fundador Tamay Besiroglu, ha generado críticas y escepticismo significativos, principalmente en la plataforma de redes sociales X.

El núcleo de la crítica se centra en el objetivo declarado de la startup de reemplazar a todos los trabajadores humanos con bots agentes de IA. Besiroglu prevé proporcionar los datos, las evaluaciones y los entornos digitales necesarios para hacer posible la automatización de los trabajadores en todos los sectores laborales. Este ambicioso plan ha generado preocupaciones sobre el impacto potencial en el empleo humano y el panorama económico en general.

La visión de Besiroglu se amplifica aún más por su evaluación del potencial del mercado. Estima que el mercado total direccionable es inmenso, calculándolo en función de los salarios agregados que se pagan actualmente a los trabajadores humanos. Destaca las cifras asombrosas, con aproximadamente 18 billones de dólares al año en EE. UU. y más de 60 billones de dólares a nivel mundial.

Sin embargo, Besiroglu aclara que el enfoque inicial de Mechanize está en el trabajo de cuello blanco, excluyendo los trabajos manuales que requerirían robótica. Esta distinción sugiere un enfoque gradual para lograr la automatización completa, comenzando con tareas que son más fáciles de digitalizar y automatizar.

La reacción a Mechanize ha sido en gran medida negativa. Los críticos, como el usuario de X Anthony Aguirre, expresan su preocupación por las posibles consecuencias negativas para los trabajadores humanos. Aguirre reconoce el importante premio para las empresas que buscan la automatización, pero anticipa una pérdida sustancial para la mayoría de los humanos.

A la controversia se suma la asociación de Mechanize con Epoch, la organización de investigación de IA sin fines de lucro de Besiroglu. Epoch, conocida por analizar el impacto económico de la IA y producir puntos de referencia para el rendimiento de la IA, ha enfrentado críticas por su percibida falta de imparcialidad. El lanzamiento de Mechanize ha planteado preguntas sobre el posible conflicto de intereses y la difuminación de las líneas entre la investigación y las empresas comerciales.

La conexión entre Epoch y los creadores de modelos de IA de vanguardia también ha sido objeto de escrutinio. La revelación de que OpenAI apoyó la creación de uno de los puntos de referencia de IA de Epoch, que OpenAI luego usó para presentar su nuevo modelo, generó acusaciones de falta de transparencia. Esta historia ha alimentado las preocupaciones sobre el potencial de que la investigación de Epoch alimente directamente el desarrollo de capacidades de IA de vanguardia, como sugiere el usuario de X Oliver Habryka.

A pesar de las críticas, Mechanize ha obtenido el respaldo de un grupo notable de inversores, incluidos Nat Friedman, Daniel Gross, Patrick Collison, Dwarkesh Patel, Jeff Dean, Sholto Douglas y Marcus Abramovitch. Abramovitch, socio gerente del fondo de cobertura de criptomonedas AltX y autodenominado “altruista eficaz”, confirmó su inversión, citando el equipo excepcional y su profundo conocimiento de la IA.

Besiroglu intenta contrarrestar el sentimiento negativo argumentando que la automatización del trabajo conducirá a un “crecimiento económico explosivo”, enriqueciendo a los humanos en lugar de empobrecerlos. Señala un artículo que publicó sobre el tema, sugiriendo que la automatización completa podría generar una gran abundancia, mayores niveles de vida y nuevos bienes y servicios.

Sin embargo, esta perspectiva optimista se ve desafiada por la pregunta fundamental de cómo los humanos ganarán ingresos si los agentes de IA realizan todo el trabajo. Los críticos señalan que si los humanos carecen de trabajo, carecerán de los ingresos para comprar los bienes y servicios producidos por los agentes de IA.

Besiroglu aborda esta preocupación sugiriendo que los salarios humanos deberían aumentar en un mundo automatizado por IA. Postula que los humanos se volverán “más valiosos en roles complementarios que la IA no puede desempeñar”.

Cuando se le presiona más sobre la posibilidad de que disminuyan los salarios, Besiroglu argumenta que el bienestar económico no se determina únicamente por los salarios, y que las personas pueden recibir ingresos de otras fuentes, como alquileres, dividendos y bienestar social del gobierno. Esta perspectiva plantea interrogantes sobre la practicidad y la sostenibilidad de depender de fuentes de ingresos alternativas en una economía totalmente automatizada.

A pesar de la naturaleza extrema de la visión de Besiroglu, los desafíos técnicos que pretende resolver son legítimos. Cree que si cada trabajador humano tiene un equipo personal de agentes para ayudarlo, la abundancia económica podría seguir. Reconoce que los agentes de IA actuales no son confiables, luchan por retener información y tienen dificultades para completar tareas de forma independiente.

Besiroglu no está solo trabajando en estos temas. Grandes empresas como Salesforce y Microsoft, junto con OpenAI, están desarrollando plataformas agenticas. Numerosas startups también se centran en tareas relacionadas con los agentes, incluidos especialistas en tareas, datos de entrenamiento y economía de precios de agentes.

Mientras tanto, Mechanize está contratando activamente, lo que indica un compromiso de perseguir sus ambiciosos objetivos.

Mechanize, la nueva empresa de Tamay Besiroglu, busca “automatizar completamente todo el trabajo y la economía”, generando controversia por su ambiciosa misión y su posible impacto en Epoch, el respetado instituto de investigación de Besiroglu. Aunque Besiroglu prevé un futuro de abundancia impulsado por agentes de IA, los críticos temen la pérdida generalizada de empleos y la desigualdad económica. A pesar del escepticismo, Mechanize aborda un desafío técnico real: mejorar la fiabilidad y las capacidades de los agentes de IA, una búsqueda compartida por las principales empresas tecnológicas. Se plantean implicaciones éticas sobre un mundo donde la IA realiza la mayor parte del trabajo: ¿estamos preparados para los cambios sociales que podrían seguir?

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