Se informa que el fabricante de chips Intel planea eliminar 20,000 empleos o más, tras importantes despidos el año pasado y el reciente nombramiento del nuevo CEO, Lip-Bu Tan. La compañía, que alguna vez fue el mayor fabricante de chips del mundo, ha estado luchando con errores tecnológicos, caída de la demanda y mayor competencia, lo que ha llevado a pérdidas financieras sustanciales y ahora a posibles reducciones adicionales de personal.
Intel, el otrora dominante fabricante de chips, estaría planeando eliminar 20.000 o más empleos, según un informe de Bloomberg que cita una fuente anónima. Esta posible medida se produce después de importantes despidos el año anterior y el reciente nombramiento de un nuevo CEO, Lip-Bu Tan, anteriormente de Cadence Design Systems.
La posibilidad de nuevos recortes de empleo está impulsada por las dificultades financieras de Intel. Como afirma el artículo, “Nuevos recortes podrían afianzar las finanzas de Intel, pero arriesgan la eliminación de las capacidades tecnológicas de la empresa”. Esto sugiere un difícil acto de equilibrio: reducir los costos para estabilizar la posición financiera de la empresa, evitando al mismo tiempo dañar su fortaleza tecnológica principal.
El impacto de estos despidos podría ser particularmente severo en Oregón, donde Intel tiene su centro de operaciones más grande. La empresa emplea a 20.000 trabajadores en el condado de Washington, lo que la convierte en el mayor empleador del estado. Además, los semiconductores son el producto más valioso de Oregón y su principal exportación, lo que destaca la importancia de la presencia de Intel para la economía del estado.
El momento de este posible anuncio coincide con los próximos resultados financieros trimestrales de Intel, programados para el jueves por la tarde. Además, se ha planeado una reunión general con el CEO Lip-Bu Tan para el viernes por la mañana, lo que sugiere que los recortes de empleo pueden ser un tema central de discusión. La empresa empleaba aproximadamente a 109.000 trabajadores en todo el mundo a finales de 2024, lo que indica la magnitud de los posibles despidos.
La situación actual de Intel se deriva de una serie de desafíos. La empresa ha estado luchando durante varios años, principalmente debido a “errores tecnológicos que le costaron a la empresa su liderazgo tecnológico”. Esto ha llevado a una disminución de las ventas, que han caído en aproximadamente un tercio desde 2021.
Además, la caída de la demanda de chips Intel, junto con el aumento del gasto en nuevas fábricas, ha puesto a la empresa en una situación financiera difícil. A estos problemas se suma el fracaso de Intel en el desarrollo de chips avanzados para el mercado de la inteligencia artificial, que está creciendo rápidamente. Como resultado, la empresa reportó una pérdida de 19.000 millones de dólares el año pasado, aunque la mayor parte de esto consistió en cargos contables y costos de indemnización asociados con la ronda anterior de recortes de empleo.
Además de estos desafíos internos, Intel se enfrenta a amenazas externas. La guerra comercial de la administración Trump plantea un riesgo, ya que los aranceles de represalia de otros países podrían encarecer los chips fabricados en EE. UU. en comparación con los ofrecidos por la competencia. Esto es particularmente relevante dada la gran operación de fabricación de Intel en Oregón y Arizona.
Los analistas de inversión generalmente están de acuerdo en que Intel enfrenta problemas sistémicos que podrían obstaculizar permanentemente el negocio, aunque la empresa no se encuentra en peligro financiero inmediato. Los recortes de empleo pendientes podrían ser menos sobre el ahorro de costos inmediato y más sobre hacer que el negocio sea más eficiente y efectivo.
El nuevo CEO, Lip-Bu Tan, ya ha señalado un período de cambios significativos. Cuando fue contratado el mes pasado, advirtió a los empleados sobre “decisiones difíciles” por delante, sin especificar los detalles. Tan, que anteriormente formó parte de la junta directiva de Intel, supuestamente sentía que la empresa estaba inflada y tenía demasiadas capas de gestión.
Desde que asumió el cargo en marzo, Tan ha implementado varios cambios importantes en las operaciones de Intel. Ha reorganizado la estructura de gestión, reemplazado a algunos altos ejecutivos de tecnología y finalizado la venta de una participación mayoritaria en el negocio de chips programables de Intel, Altera. Estas acciones indican una clara intención de remodelar la empresa.
A pesar de los desafíos, las acciones de Intel subieron aproximadamente un 2% al final de la negociación del martes por la noche, a 19,90 dólares. Sin embargo, la acción ha perdido aproximadamente la mitad de su valor en el último año, lo que refleja las dificultades continuas que enfrenta la empresa. Esto destaca la necesidad de una acción decisiva para restaurar la salud financiera y la posición competitiva de Intel en el mercado de chips.
Intel planea recortes de empleo significativos (más de 20,000) tras despidos previos y el nombramiento de un nuevo CEO, para abordar dificultades financieras derivadas de retrocesos tecnológicos, caída de la demanda y mayor competencia, especialmente en el mercado de IA. Estos recortes, que podrían afectar significativamente a Oregón, podrían remodelar la empresa, pero arriesgan dañar sus capacidades tecnológicas, complicados por posibles aranceles de la guerra comercial. Aunque no está en peligro financiero inmediato, Intel enfrenta desafíos sistémicos y necesita mayor eficiencia bajo su nueva dirección. Para comprender las implicaciones más amplias para la industria de semiconductores y la competitividad tecnológica de EE. UU., explore informes sobre la Ley CHIPS y su impacto en el futuro de Intel.
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